Entre libros de química y matemáticas

Crucial

William se encontraba leyendo un libro acostado en la cama, ya empezaba a hacer mucho más frío pues estaban a mediados de diciembre. La historia en la que estaba sumergido en estos instantes trataba de un huérfano que quería cambiar el destino de su país, era una trilogía bastante interesante que el doctor Watson le había recomendado. Se encontraba usando unos lentes de lectura pues Sherlock se había preocupado de que su vista no se cansase demasiado, ya que presencio en persona lo mucho que su prometido era aficionado a leer.

-Que buen capitulo, este escritor tiene una perspectiva única de las cosas, además no puedo creer que el protagonista siendo tan solo un niño pudiera salvar su orfanato y lo hizo de una manera muy inteligente- dijo con asombro y profundamente complacido.

- ¿No crees que ya es muy tarde, mi bello lector?- dijo Sherlock mientras ingresaba a la habitación con dos tazas de chocolate caliente y a su lado iban sus dos mascotas.

-¿Terminaste tus experimentos, Darling?- Le preguntó cariñosamente William mientras dejaba su libro en la mesa de noche.

-Por supuesto y esta vez nada explotó. ¿merezco una recompensa, profesor?- le ronroneo al otro mientras le entregaba la taza.

-Claro que sí, aquí un pequeño beso para el señor científico- mientras juntaba sus labios con los del otro en un dulce roce.

-¿Ya mencioné lo sexy que te ves con lentes?- dijo este admirando el encantador rostro del otro- Definitivamente fue una gran idea.

-¿Realmente fue preocupación por mi vista o solo uno de tus fetiches, Sherly?- le dijo risueñamente William

-Un poco de ambas- confesó Sherlock mientras se reía estruendosamente

Entonces ambos se acomodaron en la cama para tomar el chocolate caliente que el farmacéutico había traído para ambos, sus días estaban siendo tranquilos entre sus trabajos y preparar todo para la boda ya que habían tenido que arreglar varias cosas desde el lugar en donde se realizaría el evento hasta detalles como los músicos pues Sherlock no podría tocar la música, por mucho que quisiese, ya que era el novio. Las flores, comida, meseros entre otros detalles debían ser preparados minuciosamente pues ambos querían que su gran día fuera completamente inolvidable. Además habían decidido que la fecha para el evento sería la misma que el día en que comenzaron a salir por lo que tendrían una boda de invierno, aquello les hacía mucha ilusión ya que posiblemente habría nieve por aquellos días dándole un toco dramático como aquella obra que fueron a ver juntos en una de sus múltiples citas.

Además habían ocurrido una gran cantidad de cosas desde que Sherlock volvió de su viaje, pero la más grande novedad fue que Mycroft y Albert tuvieron un viaje de reconciliación a Australia del cual regresaron casados.

-Me alegra que nuestros hermanos finalmente hayan arreglado sus asuntos, pero ahora el odioso de Mycroft se la pasa sonriendo como un idiota y no para de hablarme de lo feliz que es con Albert.- Dijo con fastidio Sherlock mientras se acurrucaba más contra su Liam- Sí hasta me mando una foto de ambos disfrazados para Halloween, ver a Albert como Dionisio no fue una novedad ¿pero por qué él se tuvo que disfrazar de barril de vino?

-Eso fue idea de Albert- dijo risueñamente William- Querían ir a juego, el amor hace cosas misteriosas. Acuérdate que nosotros nos vestimos como vampiros para combinar también.

-Tú te veías realmente bien con esa capa, los colores rojos y negros te quedan absolutamente encantadores, además si fueras un vampiro yo sería tu fiel seguidor- dijo con convicción Sherlock.

-Estoy completamente seguro de que así sería- aseveró William mientras se reía suavemente.

-Tus estudiantes debieron estar muy contentos al verte así también durante las clases, estoy un poco celoso.