Visita

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Había cierto ambiente tenso en la sala de estar del departamento de Sherlock y William mientras la madre del primero hablaba sin parar acerca del viaje que habían hecho durante más de tres años a lo largo de América latina, también le preguntó al rubio si la dejaría pintar un desnudo de él lo que hizo que el farmacéutico casi la echara a la fuerza del departamento. El padre de vez en cuando hacía algunos comentarios y el rubio muy amablemente le respondía de manera muy inteligente. Pero era evidente que el farmacéutico se encontraba bastante incomodo y fastidiado pues no dejaba de golpear el suelo con la punta de su pie en señal de impaciencia. Ya que lo único que quería era que aquellas personas se fueran lo más pronto posible de su casa, pero su Liam se estaba mostrando tan encantador que simplemente no pudo echarlos como hubiera querido. Lisa y Tommy los miraban desde debajo de la mesa del comedor pues era como si tuvieran el mismo recelo de Sherlock.

-Sherly tu novio es tan lindo y educado ¿ cómo pudiste conseguir que un joven tan agradable se fijara en un fanático de los químicos como tú?- dijo la mujer sin mala intención pero era evidente que no apreciaba demasiado que su hijo se dedicara a otra cosa que no fuera el arte.

-Catherine eso no fue muy agradable con Sherlock- la reprendió el hombre mientras tomaba una de las tazas de té que le había servido el rubio.

-A Liam le gusta que haga experimentos, ya que él si aprecia lo que hago- respondió de mala manera pero la mirada que William le dio hizo que no fuera tan antipático.- Nos conocimos en la universidad, nos volvimos amigos y después comenzamos a salir.

-Que adorable ¡ Sherrinford y yo nos conocimos de una manera similar!- dijo con gran emoción la mujer de cabellos azulados con sus ojos brillantes pareciéndose mucho a su Sherly desde la perspectiva de William.

-Me gustaría escuchar esa historia- pidió el rubio con una encantadora sonrisa.

-Eres tan lindo ¿no te gustaría ser un Holmes oficialmente? Aunque eso signifique tener como esposo a nuestro excéntrico Sherly- se rio estruendosamente la artista.

-Catherine, Liam está más que gustoso de compartir su vida conmigo- dijo completamente fastidiado el farmacéutico.

-Así es, Sherly- respondió el profesor de matemáticas

-Awww si hasta tienen apodos cariñosos ¿ te acuerdas de cómo me llamas Cathy a veces querido?

El hombre de mayor edad allí casi escupe su té pero se recuperó rápidamente tosiendo un poco y pensando en que su esposa realmente decía cosas fuera de lugar. Pero aun así la quería bastante pues era la mujer con quien quiere estar para el resto de su vida además que es la madre de sus dos queridos hijos

-Sí querida, pero eso es algo que no tendrías que comentar- dijo él que a pesar de sus facciones serias estaba teniendo un pequeño colapso nervioso tal como los que tiene Sherlock cuando William hace un ataque sorpresa

-Eres tan lindo Sherrinford- mientras pellizcaba la mejilla del hombre quien se encontraba muy avergonzado pero aceptaba aquella muestra de afecto resignado pues su esposa nunca cambiaría y así la quería.- ¡Les contare la historia de amor de un ingeniero y una colorida artista!

-no esta historia de nuevo- pensó Sherlock mientras miraba a William pues de cierta manera tenerlo aquí con él le daba la fuerza necesaria para soportar la narración sumamente empalagosa de cómo se conocieron sus padres.

-¿No es adorable, Sherly?- era lo que decían los bonitos ojos escarlatas del rubio un poco divertido con el aspecto malhumorado de su novio. Pero como era muy inteligente no pudo evitar notar que Sherlock tenía un severo problema con aquellas dos personas, en especial con su madre que no era demasiado fanática de la ciencia.

Entre libros de química y matemáticasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora