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Al entrar, la habitación estaba completamente oscura, todo era demasiado turbio y al querer encender la luz, no podía. Resulta que en esa habitación no había luz y no podía ver nada. Fuí avanzando y palpando cada cosa. Toqué lo que parecía ser un escritorio, más cerca, noté una silla y al querer seguir avanzando, algo tocó mi hombro lo cuál provocó un salto junto a un grito.

-Ey, soy yo, Jeff.-Dijo para tranquilizarme mientras reía por el susto que tuve.-¿Qué haces aquí?

-Estaba explorando.

-¿Explorando? ¿A oscuras? Te has vuelto muy rara desde que me fuí.

-¿Y para que te fuiste?-Dije mientras salía de aquella habitación dejando atrás a Jeff.

-No quiero hablar de eso.-Contestó serio cerrando la puerta de aquella habitación de un portazo.

Se dirigió al sofá empujandome hacía la derecha para quitarme de su camino.

-¿Qué te pasa?-Pregunté poniéndome en frente de él, de pie mientras él permanecía sentado.-Sé que...Lo que hice estuvo mal, pero por tu parte también fue injusto.

-Nerea...Yo ya no soy el mismo.

-Sé que sí...Aunque no lo creas, aún guardas a ese Jeff dentro de ti.

-Muy dentro de mí.-Dijo, levantándose y colocándose frente a mi. Al ponerse de pie, me sentía pequeña ya que él es muy alto e imponía demasiado, me sentía indefensa.-¿Por qué me tienes miedo?

-No te tengo.-Respondí nerviosa.

-¿A no? ¿Y por qué tiemblas?-Permanecí callada, me quede sin voz mientras él se acercaba cada vez más.-¿Te impongo?-Yo seguía sin responder.-¿Qué opinas de mi, Nerea?-Susurró en mi oído mientras me apretaba por la cintura fuertemente.

-Que eres distinto.

-Al fin te has dado cuenta.

-Pero me gusta...

Nunca pensé en esto (Jeff the killer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora