SAMUEL
Fue otra reunión con Ari, esta vez quede pensando que soy completamente loco porque creo que ella estaba coqueteando conmigo.
-¿Quieres mas vino? – pregunto
-No debería beber.
-¿Y eso?
-Carla debe seguir despierta, me gustaría volver hablarle y resolver el asunto.
-¿Y si te quedas un rato más?
-¿Por qué?
-Me gustaría seguir en tu compañía, me haces sentir bien.
Me toma por la mano, se acerca a mí.
-¿Qué estás haciendo? ¿De dónde viene todo esto?
-Quise hacerte sentir bien, como tú lo haces conmigo.
¿Es mi impresión o estaba coqueteando conmigo?
-Ari...
Ella toca mi mejilla, está a punto de besarme cuando me levanto.
-Esto no puede pasar, ni ahora ni nunca.
-¿Seguro?
-¿Te crees que estoy interesado en ti de esa manera? ¿No entiendes nada de lo que hablamos sobre Carla?
-Hace días dijiste que estabas harto de todas las peleas, que a veces crees que sería mejor dejarlo y seguir con la vida sin ella.
-Lo dije en un momento de enojo, jamás la dejaría, ella es amor de mi vida.
-Todos hombres son iguales, Samuel.
-No puedo creer que pensé que eres sincera y buena persona, jamás pensé que ibas a insinuarte de esta manera.
-¿Por qué te niegas?
-Estoy con Carla, la amo, no quiero hacerle daño por algo que no tiene nada que ver, de verdad creí que eres diferente.
-No me puedes hacer esto, Samuel.
-¿Y que estoy haciendo?
-Dejando como si fuera una cualquiera, deberías respetarme un poco, estamos trabajando juntos.
-No me vas a chantajear, te aconsejo que buscas otra diversión que no sea meterte en vida de personas que ya tienen su vida planeada.
-Vas a pagarme por esto, Samuel.
Sale de allá rápidamente, no puedo creer que sea tan loca, a veces soy imbécil por no darme cuenta de inmediato.
Ni sé si debería mencionarlo a Carla, se volverá loca, es mejor quedar callado y tratar arreglar las cosas con calma.