SAMUEL
Lo que Carla me dijo me descontrola mucho, tenía ganas de matar a Gabino, sabía que esto iba pasar y lo que más duele es que ella no he querido escucharme.
Vine a casa y encontré a Carla acostada sentada en el sofá, estaba llorando, note varias botellas del vino y dos copas.
-Carla...
Ella se levanta, acercándose a mí y abrazándome.
-Gracias, gracias por llegar.
-¿Qué paso aquí?
-Lo que te dije por el teléfono, le eche de la casa.
Me angustie tanto pensando que algo le podía pasar, es madre de mi hijo y si alguien le toca tendrá que huir para salvarse.
-Te lo advertí, Carla.
-Lo sé...
-¡Te advertí y no quisiste escucharme!
Me mira muy dolida, puede ser que no espero que me ponga de esta manera, pero a veces es bueno escucharme.
-¿Es culpa mía?
-No dije eso, no metas palabras en mi boca, sino escucha lo que estoy diciendo.
No era el momento para pelearnos, tampoco era el momento para hablar sobre nosotros, lamentablemente.
-¿Cómo es posible que todos tipos buscan lo mismo? ¿A todos les atrae mi cuerpo?
-No, a mi no me atrae solamente tu cuerpo, si no tu alma también.
Muchas veces dije que somos almas gemelas, al menos eso creí y sigo creyendo.
-¿No te hico nada, verdad?
-Reaccione de inmediato, no quiero volver a verlo nunca más.
-Te aseguro que no va volver acercarse a ti, de eso me ocupo yo.
-¿Siempre tienes que hacerte el macho? ¿Nunca te diste cuenta que a mí eso no me gusta?
¿Macho?
¿Defender la mama de mi hijo significa asumir el rol de ''macho''?
-Lo mejor es irme de acá, ¿no?
-No... - decía al tomar mi mano
No espere ese gesto, pensé que iba echarme de casa, no estamos en nuestro mejor momento precisamente.
-Quédate, por favor.
-¿Segura?
-No quiero dormir sola.