CAPITULO 10

856 51 6
                                    

CARLA

Llego el peor día de mi vida... mi madre me ordeno participar a una fiesta privada, eso pasa todos los anos. Lo peor de todo es que invita padres de mis antiguas compañeras del colegio. Yo no me llevo bien con ellas, no somos amigas, mi única amiga sigue siendo Lu.

Por eso estaba tan nerviosa estos días...

-Ya se, mama... nos vemos esta noche. – le digo y cuelgo la llamada

Estaba muy frustrada, estaba desayunando cuando Samuel llego.

No quería presionarlo, se veía muy bien últimamente, no tenia ningunos ataques de pánico o algo así, me dio mucho gusto ver que se encuentra bien.

-Buenos días. – me saluda con una gran sonrisa

Me di cuenta de que ya no tengo hambre, mi madre logro enojarme en horas muy tempranas. Cuando dirige mi cabeza hacia Samuel notaba que estaba muy guapo, llevaba una camisa azul y pantalones negros pero se veía tan guapo. Quizás debía tener una conversación seria con esa secretaria joven que trabaja para él, debía entender que nosotros dos estamos juntos, ella podría convertirse en gran peligro y lo único que busco es ayudar a mis padres, nada más.

-¿Dónde vas tan guapo?

-No estoy guapo. ¿Tú no vas a la fiesta o qué?

Joder. Olvide que de seguro mis padres también les invitaron a padres de Samuel, como siempre.

-No me jodas. ¿Mi madre quiere que nos vayamos como pareja o qué?

-No pero yo sí.

-No digas tonterías.

-Veo que estas demasiado tensa, quiero ayudarte tanto como tú me ayudaste a mí ese día.

-Samuel, fiestas como estas son las peores, créeme. No van a dejar de seguirte y preguntarte estupideces acerca de nuestra relación que por cierto no existe.

-Pues vale, por una sola noche vamos a hacerle creer a todos que estamos muy felices juntos. Más felices que nunca, de hecho. – dice, sonriéndose

Tenía esa maldita sonrisa que haría cualquier chica caer ante sus encantos.

-¿Cómo pretendes hacer eso, Samuel?

-Déjamelo a mi todo.

-Samuel...

-¿Confías en mi? – dice al acercarse a mi

-Claro.

Y si no hubiera confiado en el diría que sí, esos ojos me hipnotizan.

-Entonces, ponte guapa, nada más.

-Tu también.

-¿Yo porque? Digo, acabas de decir que estoy guapo aunque yo no me estaba arreglando tanto.

-¿Qué tiene de malo que te diga que estas guapo?

-Nada, en realidad.

Quedamos mirándonos por un momento... después de que los dos estábamos listos nos fuimos a la fiesta.

Samuel se comporto como un gran caballero, me abrió las puertas del coche en frente de la casa.

-¿Te gusta el vestido? – le pregunto

Le pregunto a propósito, necesitaba oír su opinión.

-Por supuesto... y esto es para ti. – dice al darme un regalo

Este Samuel fue diferente del cual conocía... ahora entiendo porque sigue siendo un magneto para las chicas, sabe muy bien que decir y como. Me regalo un collar que parecía ser muy costoso...

-No puedo aceptar esto.

-Si, lo puedes y vas a tomarlo. No lo hago porque necesitamos darles a todos una prueba de que estamos juntos sino porque quería comprarte.

-Ni quiero preguntar cuánto te costo.

-Esto no tiene precio.

Samuel empiezo conducir  mientras yo ponía el collar sobre mi cuello, cuando ya llegamos salimos de inmediato, no necesitamos practica, ya sabíamos como fingir ser una pareja feliz.

Lo que no espere es otro gesto por parte de Samuel... en cuanto entramos Samuel me toma por la mano, siento un escalofrió pasar por mi cuerpo. No espera que hiciera algo como eso, no quería que me toca o me besa si eso no le hace sentir bien.

-¿Estas bien? – me pregunta

Sentir su mano sobre mi mano me hace sentir más segura, no sé porque... hubo algo mágico en todo eso. Ya veo que esta noche no iba ser tan fácil, si ahora me estaba tomando por la mano lo siguiente seria darme un beso o abrazarme, no sé si estaba preparando para algo así.

Algo dentro de mí me hace creer que todo esto ha dejado de ser actuación, se ha convertido en realidad y eso me asusta.

Alma gemela | CARMUEL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora