CAPITULO 22

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CARLA

Me despierto al lado de Samuel, mis manos siguen en su cuerpo, sintiéndolo dormir tranquilamente. Ni siquiera tengo porque abrir los ojos, lo siento así, más calmado y más tranquilo.

Se siente bien estar así, no tenemos que hablar sobre, estamos dormidos y nos sentimos cómodos.

Después de un momento Samuel se despierta, siento su inquietud.

-Sigues aquí. – suspira

Abro los ojos, lo veo acostado en misma posición.

-Lo prometí.

Samuel sonríe, fue una sonrisa sincera... soy adicta a su sonrisa, la verdad. Esa puta sonrisa... me vuelve loca cada vez que sonríe, es increíble como pequeñas cosas tienen tan gran efecto en nosotros.

Algunas personas se enamoran de belleza pero a mí me atraen sonrisa aunque eso no significa que yo estuviera enamorada de Samuel, no pensé mucho en eso, ni quiero pensar.

Samuel se levanta, toma las pastillas que se encuentras al lado de la cama, parece más tranquilo pero veo que está pensando en algo, algo pasa por su cabeza.

-¿Quieres hacer algo hoy? – pregunto

Samuel sigue sentado en cama, dándome espalda, no lo hace a propósito, de nuevo esta callado, eso me preocupa mucho.

-Me duele mucho la cabeza.

Me acerco a él.

-A ver...

Pongo mis manos sobre su cabeza, dándole un masaje, calmándolo un poco.

-Así... - dice

Parece que le gusta, le calma, le hace sentir mejor, más calmado, sin tensiones.

-¿Vamos a cenar esta noche? – pregunta al dar vuelta

-¿Afuera?

-Claro.

-Nosotros no hacemos esas cosas.

-Para todo existe primera vez.

-Vale. – respondo con sonrisa

Esto es algo nuevo y me da mucho miedo, creo que de un momento a otro el podría cambiarse y volver ser el oscuro Samuel y todo por culpa de una sola persona.

Ah, cuanto la odio.

La odio mucho por hacerlo sentirse así.

El hecho de que no la menciono me calma, sería bien echarla de su vida, al menos por su bien, nada más.

Estaba muy nerviosa, es primera vez que salimos solos a un restaurante, no tengo ni menor idea donde podría llevarme, tenía puesto un vestido de color negro, no fue muy corto tampoco largo, fue suficiente para un restaurante.

Samuel llevaba camisa de color azul y pantalones negros, se veía bien en cualquier cosa, honestamente.

Estábamos sentados en un lugar muy lujoso, lo único que no me gusta es que las mesas eran bastante cercanas, la gente podría oír todo de lo que hablamos y al revés pero da igual.

-¿Te gusta el lugar? – cuestiona preocupado

Por un momento pensé que pretendía llevarme a un lugar que tiene que gustarme, parece que hico mayor esfuerzo con elijación.

Asiento con cabeza, el me mira fijamente en los ojos, parece un poco nervioso.

-¿Has cenado aquí alguna vez?

-No, de hecho.

-Te va gustar comida.

-¿Samuel, porque estamos aquí? – cuestiono con ganas de recibir una respuesta clara

Es primera vez que lo hacemos y quiero saber porque...

El camarero se acerca a nosotros, Samuel le suspira algo en el oído, en cuestión de minutos traen una botella de mejor vino que tenían y dos copas, el otro camarero nos trae la comida, el ordeno el pescado, es mi comida favorita pero dudo mucho que lo sabía y claro el postre... tostadas.

De hecho últimamente me gusta comer más macarrones que otra comida pero eso si cuando él la prepara, no me apetecería ordenarlo aquí o en algún otro lugar.

-Parece que te conocen muy bien. – comento

-Es el mejor vino, créeme.

-No respondiste mi pregunta.

Samuel toma un sorbió de vino, me mira muy serio.

-Vale. Pues, quería agradecerte por todo lo que hiciste por mí.

-Eso suena como un adiós.

-Joder, pero eres muy oscura hoy. ¿Qué adiós?

-No lo sé, dímelo tú.

-Carla... - dice, tomándome por la mano

Mi cuerpo responde a ese contacto, un escalofrió pasa por mi cuerpo pero hago algo que quizás no haría en otras circunstancias... levanto mi mano, no le dejo jugar con mi mente de esa manera.

-¿Pasa algo? – dice

-Termina lo que querías a decirme, por fa.

Tomo dos-tres sorbos del vino, lo necesito ahora mismo.

-Eso... ya sabes, eres la única que ha estado de mi lado, preocupándote de mí, apoyándome, viendo mi peor lado. Quería llevarte a mi restaurante favorito, quiero mostrarte que te tengo mucho cariño, jamás voy a olvidarme de eso.

Le sonrió.

-Comida parece muy rica. – suspiro

Samuel sonríe también, quiero ignorarlo, no puedo mirarlo mientras sonríe, es mi puta debilidad.

-Joder.

Samuel mira hacia las puertas, viendo a Alex entrando, es lo último que nos faltaba.

-Samuel, no hagas nada.

-Voy a partirle la cara, nada más.

Samuel se levanta de la silla, Alex se está acercando a nuestra dirección, quiero que todo eso pase sin ningún problema o discusión.

-Hola, Carla. – Alex me saluda

Samuel se le acerca, apretando las manos.

-Samuel...

El no me escucha, mira a Alex con mucha rabia en los ojos.

-¿Están cenando juntos?

-¿Qué te importa? – Samuel responde

-Ya... podríamos dejar todo eso atrás, amigo. Además, no es mi culpa que ella busca ser tan atractiva y se viste de esa manera. – menciona

Hico la única cosa que pudiera enojarlo aun mas, no creo que pueda controlarse ahora.

-Ya sabes, Samuel... es difícil resistirme, es su culpa. Pero da igual si soy yo o quizás un tipo desconocido de la calle. – comenta, burlándose

-¡Desgraciado! – Samuel le grita y le empuja en una de las mesas

Yo me levanto de inmediato, tomándolo por la mano, el suelta mi mano y en cuanto quería golpearlo Alex logra darle un golpe en la cara, haciéndole caer en el suelo.

-No peleas si no sabes cómo hacerlo. – comenta Alex y sale del restaurante

La noche se volvió un gran desastre, me puse de rodillas al lado de Samuel, tocando el lugar donde le golpeo, cerca de barbilla.

Alma gemela | CARMUEL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora