CAPITULO 41

602 41 7
                                    

SAMUEL

Por fin termine algunos capítulos del libro, me sentí bastante frustrado, creo que Carla ha tenido suficiente paciencia conmigo. Me comporte de manera fatal con ella, soy idiota.

Por eso siguiente día voy a concentrarme en ella, solamente ella...

Cuando desperté oí algunos sonidos que llegan desde cocina, ya eran las 12, no puedo creer que dormí tanto, joder.

Al entrar en cocina me encuentro con Carla quien está cantando mientras cocina algo, se ve tan sexi, hago lo primero que se me pasa por la cabeza, me acerco a ella, pongo manos sobre su cintura, sorprendiéndola.

Primero huelo una comida rica y también olor de Carla que me vuelve loco.

-¿Qué cocinas, amor? – cuestione

Ella da vuelta, pone manos sobre mi rostro, acariciándome suavemente mientras me besaba hasta que los dos quedamos sin aliento.

-Mi madre me dio una receta, tenemos que comer sano también.

-No me importa que voy a comer, lo único que importa es que tú cocinas, yo estaré encantado de comer cualquier cosa que prepares.

Ella da vuelta, sigue con preparaciones.

-Ay, qué lindo pero eso lo dices porque sabes que te portaste fatal conmigo ayer. – suspira

Me acerco a ella, sigo a su lado, mirándola, pongo mano sobre su pelo, poniéndolo detrás de su oreja.

-Por favor, no me castigas de misma manera que la vez anterior.

-Mm... ¿y cómo te castigue? – cuestiona

-Ya sabes... yo no puedo ni un solo día sin tocarte y besarte cada vez que tengo oportunidad, además tu misma dijiste que tenemos que probar la piscina.

-Eso vamos a tener que dejar para otro día...

En cuanto termino con comida se acerco a mí, pone manos sobre mi cuello, sonríe de esa manera que no puedo resistirme, lleva un shorts corto, ahora que no tiene que seguir cocinando utilizo oportunidad y mi mano ya se encuentra debajo de ese shorts, acariciándola.

-¿Y hoy? – cuestione

-¿Hoy qué? – se hace desentendida

La acerco a mí, ahora no existe ninguna distancia entre nosotros, no tiene a donde irse...

-¿Qué hacemos hoy... tendríamos que hacer algo interesante, supongo? – digo con voz picara

-¿Ves como sabes cómo comportarte cuando tienes miedo de volver caer en abstinencia total? – cuestiona al besar mi cuello

-No puedo más, Carla.

-¿Qué quieres que haga?

-Lo que sabes hacer... ya sabes... - suspiro en su oído

Carla toma mi mano, sonríe seductivamente, me vuelve loco de nuevo, luego me empuja en gran mesa que se encuentra detrás de mí.

-Joder, Carla... - suspiro al verla quitar sus shorts, dejándolo caer sobre sus piernas lentamente

La sigo mirando mientras ella camisa su camisa, queda en ropa interior, no dejo de mirarla, muerdo mi labio tan solo pensando que vamos a hacer en unos pocos minutos.

Quito mi camisa mientras ella sube en la mesa, sienta sobre mis rodillas, besándome, rodeando piernas sobre mi cintura, pone manos sobre mi pelo.

-No sé que tienes pero cada me vuelvo más loco por ti... - suspiro

Seguimos con nuestra sesión de besos, cada toque es más sensual y erótico, poco nos importaba donde nos encontramos.

-Y tu a mi... me tienes loca, Samuel.

Carla pone manos sobre mi cabeza, me hace entender que quiere que haga, empiezo besar su cintura da manera sensual, sigo volviéndola loca, cuando bajo cabeza la veo con ojos cerrados mientras aprieta una parte de mi pelo.

-Samuel... - suelta un gemido

-Cuanto me gusta saber que te sientes así gracias a mí.

Después de unos segundos ella me hace mirarla, ahora abrió los ojos, nuestras miradas se encuentran en medio camino y en ese momento supe que Carla siempre fue y será el amor de mi vida, es la mujer con la que quiero iniciar una vida llena de felicidad y me hace sentir bien sabiendo que ella piensa lo mismo sobre mí.

-¿Más que nada? – cuestione

-Más que nada. – responde antes de volver a besarme, ahora de manera posesiva

Alma gemela | CARMUEL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora