CARLA
Me despierto al lado de Samuel, ambos estamos desnudos, cubiertos con manta. El sigue dormido, pongo mano sobre su mejilla, acariciándolo. Con tal solo mirarlo me doy cuenta de que estoy empezando a sentir algo muy fuerte por él, eso me da miedo, tendría que alejarme de él después de que nos acostamos por primera vez, ahora es demasiado tarde.
Me siento muy atada a él, es como una droga, cuando lo pruebas una vez es difícil volver a normalidad, lo necesitas como el aire que respiras.
Me levanto de cama, me visto, fui a tomar un café con Lu, el seguía dormido, de todos modos creo que se iba comportar de misma manera que antes, así que necesitaba huir lo antes posible.
-Uy, ¿y esa cara? – cuestiona Lu
-Pase la noche con Samuel. – suspiro
Lu me da una mirada no aprobada, me juzga y debía.
-No entiendo porque siempre te metes en situaciones como esas, el no te respeta, Carla. ¿Cuándo te vas a dar cuenta de eso?
Nunca, supongo.
-Anoche fue diferente.
-¿A, si?
-Algo fue diferente, el fue diferente.
-Eso es lo que quieres hacerte creer a ti misma, déjame decirte que tipos como Samuel no cambian. Y tú ya te estás enamorando de él profundamente, eso no va terminar bien.
No me estoy enamorando de él, solamente tengo algunos sentimientos que voy a tener que apagar pronto.
-Esta vez fui yo quien se levanto temprano y le dejo solo en la cama.
-¿Crees que eso le importaba?
-Le di un poco de mi propia medicina, espero que entienda como me sentí yo.
-A ver... niegas que estas enamorada de él y ahora le haces lo mismo que el te hico a ti. No te entiendo, Carla.
-Ni yo misma, créeme.
-Necesitas hacer algo pero rápido.
-¿Qué propones?
-Ignorarlo.
-Lu, tan fría no soy.
-Tu no eres fría, estas tonta.
-A ver... Samuel va regresar con ella, tarde o temprano. Yo solamente estoy aquí por culpa de mis padres, nada más... después de que todo esto termina va olvidarse de mi existencia.
Lu queda mirándome en los ojos, analizándome, tengo mucho cuidado porque no quiero hacer algo que podría hacerle ver que quizás no estoy siendo sincera.
-Mándalo a la mierda.
-No es tan fácil.
-¿Por qué?
-No se trata de lo que yo siento, hay otras cosas más importantes, el me necesita.
-Claro, ya veo para que te necesita.
Quede un rato mas con Lu, luego regrese a casa, me sentí muy nerviosa, quería evitar a Samuel pero al salir del coche me encuentro con él. Sin embargo trato no hacer ningún contacto con ojos, ni siquiera le miro.
-Hola. – dice, sonriéndose
Le saludo con cabeza, no quiero decir ni hacer nada que pueda hacerme volver caer entre sus brazos.
-¿Dónde estabas?
-Con Lu.
-Estaba preocupado.
-Vale, pues... tengo que entrar en casa.
Empiezo caminar rápido pero Samuel me toma por el brazo o al menos trata, eso me pone aun más nerviosa, el se da cuenta de eso.
-¿Por qué estas tan nerviosa?
-¿Nerviosa?
-Si, estas muy nerviosa. ¿Paso algo?
¿De verdad me preguntaba eso?
Claro que paso... siempre pasa algo con el pero esta vez no pienso quitarme la ropa y follarlo, necesito poner límites, de una buena vez.
-Déjame en paz, Samuel. – grito sin querer, empujándolo
-Vale. – responde
-No tengo ánimo para esto.
-Solamente quería decirte que... que Marina volvió.
Abro los ojos lo más fuerte que podía, pensé que oí mal pero sé que oí perfectamente, esto me está matando por dentro. Siento que solamente lo dijo para ver mi reacción, por el hecho de que no le importo no entiendo porque lo hico.
