CAPITULO 50

492 36 7
                                    

CARLA

Termine cocinando macarrones mientras Samuel seguía descasando, decidí dejar comida de al lado para averiguar como esta, ya había dormido por una hora y sigo extrañándolo.

Subí por escaleras y entre en nuestra habitación, el se encuentra dormido en la cama, se ve como un bebe.

Mordí mi labio al verlo tan tranquilo, camine hacia la cama y siento a su lado.

-Samuel... - suspire en voz baja

El seguía dormido, es difícil despertarlo.

-Amor...

No despierta.

Decidí utilizar única manera para despertarlo, le di un beso en oveja, siguiendo camino hacia cuello.

-Mmmm...

Oigo su suspiro y en ese momento levante mi cabeza pero Samuel me toma por el brazo haciéndome acostarme a su lado.

-No me dejas ni dormir tranquilo – bromea

-No es justo que tú duermas mientras yo prepare la cena.

-Tú querías hacerlo, no te obligue a nada.

-Solamente quería demostrarte que puedo hacer los mejores macarrones del mundo...

Samuel bufa frustrado, me mira, me besa... es un beso profundo, ambos respiramos como si lo necesitamos más que el aire.

-Me gusta verte tan feliz – dije

-A tu lado siempre ha sido feliz, no lo malinterpretes.

-Lo sé, amor.

-¿Vamos a comer esas macarrones o qué? – dice levantándose

-¿Estas huyendo de mi, Samuel?

Era obvio que estaba bromeando, le extrañe demasiado y el pretendía levantarse para comer, lo tome por la mano atrayéndolo hacia mí de nuevo.

-Tenemos toda la noche para esto... - responde

-Dame un beso, por lo menos.

Samuel sonríe, pone manos sobre mi cuello, besándome.

Después de eso bajamos a la cocina para comer, Samuel sentaba por la mesa, yo nos serví macarrones. Sé que aunque le gusta el va decir que no son mejores que suyos, lo conozco demasiado, macarrones son tu territorio.

Surgió un momento de silencio, el parecía disfrutar de comida.

-¿Y, que te parece?

-Tampoco esta tan mal – responde

-Uy, ¿eso qué significa?

-Nada, amor... está muy rico, te lo juro.

-No te creo nada.

Samuel se acerca a mí, besándome.

-Te tengo una sorpresa.

-Ay, ¿esa es tu manera para evitar esta discusión sobre macarrones?

-Mira... estaba de broma, son perfectas, cualquier cosa que hagas es perfecto. ¿Acaso dudas de mi sinceridad?

Le sonreí, se ve tan hermoso cuando trata explicarme lo que quería decir.

-Ahora quiero ver esa sorpresa.

Samuel se levanta de mesa, toma su chaqueta y saca un pequeño cajón, entregándome.

-Esto es para ti, mi amor.

-¿Puedo abrirlo?

-Claro.

Lo abrí y me encontré con un collar que tiene letra S, es simbólico, muero de ternura, este hombre me enamora cada día más.

-Samuel...

-¿Te gusta?

-Me encanta, mi amor.

-Déjame ponértelo, por fa.

Di vuelta, Samuel tomaba el collar poniéndolo sobre mi cuello al quitar mi pelo del cuello para tener mejor vista, en cuanto término di vuelta hacia él.

-Quería comprarte algo y se me ocurrió esto, quería que lo tuvieras para siempre.

-Te amo, Samuel.

-Y yo a ti.

Estoy más que segura que voy a estar teniendo ese collar para siempre, es prueba de cuanto lo amo, siempre logra sorprenderme con sus cosas aunque nunca se les pido.

Alma gemela | CARMUEL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora