CAPITULO 29

856 54 17
                                    

SAMUEL

Necesito a Carla... la necesito, no puedo vivir sin ella, tenía miedo de confesarlo a mi mismo que estoy enamorado de ella pero también sigue sintiendo cosas fuertes para Marina. No use a Carla porque estaba solo o despechado sino me gustaba, me sigue gustando, me sentía atraído hacia ella, por eso me acosté con ella tantas veces.

Si debería elegir entre ellas dos no podría ya que es imposible... no puedo hacerlo.

Esta noche debería verme con Marina, ya quiero decirle todo lo que sucede, sobre mi depresión y claro sobre mi escritura.

Eran las 12 y aun no me levanto, estoy dormido en cama de Carla, siento su aroma de nuevo, es la única razón por la que no quiero cambiar las sabanas.

-Como huele tan bien, dios...

Recibí varias llamadas de Marina, me dijo donde quiere que nos encontráramos.

No me viste tan bien, llevaba simple camisa y pantalones negros, antes de eso me fui al bar para tomar un trago y hablar con Polo.

-¿Cómo que se fue?

-Así, como lo oyes.

Polo me sirve un trago de whiskey.

-Veo que no lo estas pasando bien.

-La quiero.

-Menos mal que por fin te diste cuenta de eso.

-Estoy enamorado de ella, Polo... desde que se fui no dejo de pensar en ella, duermo en su cama y la siento allí conmigo. Joder... soy un idiota, el idiota más grande de esta puta planeta.

Bebo el whiskey que me sirvió.

-¿Y Marina?

-Voy a cenar con ella esta noche.

-¿Vas a cenar con ella?

-Si, solamente eso.

-No te entiendo, tío. Dices que estas enamorado de Carla y ahora vas con esa.

-Necesito decirle algunas cosas, quiero saber su reacción y dejar de sentirme tan confundido.

-Te deseo mucha suerte, tío.

Me encontré con ella en un restaurante que está cerca del este bar, ella lucia hermosa como siempre.

-Perdón por tardanza. – digo al sentar a su lado

-Valió la pena esperarte.

Marina nos ordeno dos copas del mejor vino, eso me recuerda a esa noche cuando salí con Carla cuando apareció el imbécil de Alex, joder...

-¿Pasa algo? – cuestiona Marina

-Tenemos que hablar.

-Pareces demasiado serio, necesitas calmarte. – dice, tomando mi mano

-Hay algo que desconoces de mí.

-¿No eres algún psicópata o algo? - bromea

-Sufro de depresión.

Marina llama al camarero que se encontraba de cerca.

-Perdón, quiero ordenar un pescado y una ensalada.

Camarero asienta con cabeza, yo no quería nada por el momento.

-¿Qué decías? – dice

-¿No me escuchaste?

-Si, sufres de depresión. Todos sufren de depresión hoy, Samu.

-Conmigo es diferente.

-Dudo mucho que sea así.

-¿Me quieres decir que no soy consciente de lo que me pasa pero por otro lado sufro de esta putada toda la vida?

-Samuel... lo estas malinterpretando todo.

-Carla ha estado conmigo durante todo este tiempo, me ayudo mucho.

-¿Carla te ayudo? – pregunta, casi burlándose

-Si, ha sido mi apoyo.

-Perdóname pero se me hace difícil creer en eso.

-Sabes... ella no es como todos la ven, es una persona diferente y tú también eres diferente de lo que pensé.

-¿Qué significa eso?

-Te dijo que sufro de depresión y casi te burlas.

-Perdóname pero para mí eso no es ninguna enfermedad, todos hemos tenido depresión en algún momento de vida. Con medicamentos todo se puede, están exagerando un poco. ¿Cómo van negocios de tu padre?

-No lo sé.

-¿Ahora estas enojado conmigo por no tomar enserio lo que acabas de decirme?

-No, yo no creo que voy a seguir trabajando con él.

-¿Y eso?

-Quiero convertirme en escritor.

-¿Estas de broma?

Esta Marina es diferente, se burla de mi enfermedad y ahora piensa que es locura querer hacer algo diferente con mi futuro, algo diferente de lo que mi familia quiere para mí.

-Estoy escribiendo un libro, ya te lo dije, me fascina tu manera de escucharme atentamente cuando no recuerdas ni el más mínimo detalle de lo que te digo.

Me siento frustrado, ella es más concentrada en comida que va comer esta noche que en mi estado mental.

Extraño a Carla...

Marina y yo terminamos de cenar pronto, estaba tan enojado con mi mismo, no puedo creer que me deje llevar por mi propia estupidez y así perder a Carla. Me despedí de ella, no creo que voy a volver verme con ella, no la necesito en mi vida, no le importa nada de lo que me sucede.

Carla tenía razón, siempre tenía razón y yo no lo vi por ser ciego y imbécil, ahora la perdí, la perdí... hasta bloqueo mi numero, no puedo encontrar ninguna manera para acercarme a ella.

Fui al bar, aun trabajaban así que decidí emborracharme, soy idiota y es ahora que me doy cuenta de que cometí errores. Cuando estaba ya bien borracho empiece hablar con el barman quien me miraba de manera raro, por supuesto.

-Ella me quería. ¿Y sabes que hice?

-Vas a cerrar pronto.

-¿Sabes lo que hice?

El barman niega con cabeza.

-Perdí única oportunidad de amar a alguien verdaderamente, la perdí a ella, la tenia y la perdí. Y ahora ella me quiere lejos de su vida. ¿Cómo hago que me perdone?

-Deja de beber y vete a tu casa.

-Eso no me ayuda.

-Esto tampoco.

Seguía bebiendo hasta que encerraron, luego fui al supermercado más cercano para comprar cervezas ya que trabajan todo el día. Fui caminando a la casa, bebiendo cervezas en el camino y cuando entre fui a habitación de Carla, me quede dormido en su cama de nuevo, soñando con ella, pensando que quizás mañana todo será diferente.

Alma gemela | CARMUEL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora