CAPITULO 27

763 55 12
                                    

SAMUEL

Carla no me dejo otra alternativa, llevo mandándola mensajes toda la noche mientras ella disfrutaba de fiesta, no le importo responder el mensaje. Yo seguía preocupado, por supuesto, no quería que se emborrachara o peor.

Por eso llame a Lu y le dije todo, ella me dijo que donde se encontraban, sé que no debía comportarme de esa manera pero fui al club y encontré a Carla sentada por la mesa junto a Lu.

-Vámonos de aquí, Carla. – digo, tomándola por el brazo

-¡Suéltame!

-Carla...

-¿Qué quieres, idiota?

-Vine a recogerte, ya estas borracha.

-No me jodas... ahora vienes para jugar el papel del marido.

Lu se alejo de nosotros, sabía que esto va terminar en otra discusión.

-Por favor, no hagas esto.

-¿El qué?

-Me hace mucho daño cuando te comportas de esta manera.

Ella se sonríe irónicamente, no me tomaba enserio pero yo estaba sincero, me hico daño verla así y mucho más si es mi puta culpa.

Carla no me escucha, termina de beber ese trago de tequila, se ve enojada pero también borracha.

-Carla, vamos ya.

-¿Quién te crees que eres?

La ignoro y la tomo por la cintura, llevándola fuera del club, Lu parecía estar de acuerdo con esto, ya veía que se salió de control un poco.

Carla y yo llevamos discutiéndonos durante el camino a casa pero no me importa, tengo razón en llevarla a casa, alguien podría aprovecharse de ella en ese estado, es lo menos que necesito en este momento.

-Eres un idiota. – dice

Yo conducía el coche, ni la escuche, no la tomaba enserio.

-Un imbécil.

Sigue con insultos...

-Un cretino.

-Ya esta...

-Un... un...

-¿Un qué? – respondo al apagar el coche frente de casa

Ella me mira con mucha rabia en los ojos pero también deseo.

-Te crees ser un galán pero en realidad no eres más que un idiota, Samuel.

-Estas enojada conmigo y lo entiendo.

-No, cariño, no estoy enojada contigo, estas malinterpretando todo, me caes tan bien que es imposible enojarme contigo. – responde con mucho sarcasmo

-¿Cariño?

-¿Quieres que te diga mi amor?

-Quiero que dejas de hacer esto, todo podemos resolverlo con conversación.

-Vete a la mierda. – dice y sale del coche

Cierra las puertas de un golpe fuerte, yo también salgo de coche, la sigo en casa. Ella sube a su habitación rápidamente, la sigo porque quiero seguir hablando sobre el asunto.

-¡Carla! – grito

Ella entra en su habitación, tirando chaqueta de al lado, en cuanto entro sigue con esa mirada furiosa.

-¿Me podrías dejar a dormir por lo menos?

-Vamos a hablar de esto.

-¿Por qué tu lo dices?

Me acerco a ella, lo arriesgo todo, se que va querer darme una cachetada.

-¿Estas enojada por Marina?

-Por dios, Samuel... déjame en paz, si quieres cásate con ella, no me importa.

-¿No te importa?

-¡No!

-Vale.

-Muy bien.

-Perfecto.

Nos quedamos mirando por unos segundos, ambos estábamos furiosos.

-¿Vas a salir de aquí o qué?

-No.

Ella me empuja.

-Vete.

Sigue empujándome, de un momento a otro la tomo por las manos, quiero que me mira directamente en los ojos y sepa que no pretendo hacerle daño de ninguna manera, me importa demasiado como para hacerle daño.

-Cálmate...

-Quiero que te vayas.

Tiene ojos llenos de lagrimas, en el fondo soy consciente que yo tengo la culpa.

-Dime lo que te molesta y lo arreglamos.

-Hay cosas que no se pueden arreglar, Samuel.

-¿Te molesta que salí a cenar con Marina?

Ella mira de al lado pero yo vuelvo hacerla mirarme en los ojos.

-Respóndeme.

-Sabes muy bien mi respuesta.

-¿Estas celosa?

-Déjame en paz.

-Dime.

-¡Si!

Después de tan fuerte y intensa discusión, la beso de manera muy pasional, todas las peleas siempre terminamos así... la bese y ella respondió al beso de una manera salvaje, rodea sus piernas sobre mi cintura, pone manos sobre mi pelo.

Seguimos con el beso por unos segundos, hasta que tomamos una pausa para tomar un poco de aire.

-¿Qué? – digo al seguir besándola

Empiezo besar su cuello, siento su respiración fuerte pero de un momento a otro me empuja.

-¿Qué pasa? – pregunto al tratar tomarla por la mano

-Tú no me amas, Samuel.

-¿A qué viene esto?

-Sal de mi habitación.

La quedo mirando, desde un momento pasional llegamos a este doloroso momento, la quería pero de mi manera.

Sin embargo salgo de habitación, no pude dormir toda la noche, el siguiente día me fui a trabajar y cuando regrese a casa pretendí hablar con ella, no soporto estar de esa manera.

-¡Carla! – le llamo al entrar en casa

Ella no responde, fui a su habitación, supongo que debía estar allí pero al entrar lo único que encuentro es una nota que se encuentra en cama y veo que armario es vacio.

No me puede estar pasando esto, siento un gran dolor en el pecho, mi peor pesadilla ocurrió.

Tomo la nota, no dijo nada especial, escribió con esa letra especial diciendo que se fue a casa de sus padres y que no la busque. Decidí acostarme un poco en esa cama donde aun sentía aroma de Carla, quería dormir sintiéndola a mi lado sabiendo que voy a seguir dormido solo.

Alma gemela | CARMUEL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora