SAMUEL
Carla está enojada conmigo, puedo notarlo, no me habla, ni siquiera me pregunto cómo fue mi día, llevo todos los día trabajando con mi padre, me desespera, luego vengo a casa y veo a Carla quien no quiere hablarme... eso me desespera aun mas pero de diferente manera.
-Hoy regresare muy tarde del trabajo. – le informo mientras terminaba de beber mi café
Carla parecía desinteresada, algo pasó para que se comporte de esa manera.
-Tú sabrás cuando terminas. – responde con tono frio
-¿Vas a estar aquí?
-No lo sé.
Ahora no tenía tiempo para preguntarle qué es lo que sucede, no quiero presionarla, llevo días sintiéndome mal de esas putas pastillas, lo que menos quiero es alterarla a ella también.
La saludo y me fui al café para encontrarme con Alex, llevo días evitándole y ahora llego el momento para que nos vemos y hablemos. Insistía así que no podía decirle que no, necesitaba hablar con alguien, igual hay algo nuevo en su vida.
-Eres un gran mentiroso, Samuel. – me dice mientras sentamos por la mesa
¿De qué habla ahora?
-Ya sea porque estas con Carla, es una farsa, podrías haberme dicho todo.
-A ver... ¿de qué vas?
-No tienes porque fingir, lo descubrí y no me preguntas como.
-Ya, te lo dijo Christian de seguro.
-No me lo puedo creer, me mentiste y yo pensé olvidar de la rubia por completo.
Es un idiota.
-Alex, no te metas con ella.
-¿Por qué?
-Porque yo te lo digo y punto.
Me enoja ese comportamiento, debía dejarla en paz, Carla no busca acostarse con un chico diferente cada noche, el tiene una reputación del peor jugador, no lo quiero ver cerca de ella.
-Samuel, no eres tu dueño, ustedes dos ni siquiera están juntos.
-Te conozco, Alex. Sigues detrás de ella, lo único que buscas es acostarte con ella y nada más. No te acercas a ella, ¿lo tienes claro?
-Samuel, eres mi amigo, te tengo mucho cariño y te respeto pero no vas a decirme que tengo que hacer y que no. Carla es una tía libre, tiene derecho a salir con quien quiera, eso me incluye a mí también.
Yo no quiero que Carla salga con Alex, de hecho... es primera vez que me comporto así, simplemente no soporto que anda detrás de ella como si fuera un juguete.
Todo el día no deje de pensar en eso, no podía tranquilizarme.
-¿Qué te pasa? Llevas todo el día con mal ánimo, anímate un poco. – me dice mi padre
-No tengo ganas, papa.
-Samuel... aquí no soy tu padre, aquí soy tu jefe, necesitas recapacitar, entiendo que estas tomando pastillas, muchas cosas te pasan por la cabeza, estas enojado con todo y todos pero eso no va poder justificar tu comportamiento.
-¿Mi comportamiento?
-Vas a trabajar aquí toda la vida, vas a heredar todo esto, acéptalo y punto.
Mi padre es un idiota, lo odio mucho, ahora necesito a Carla de mi lado, ella sabe que decir para hacerme sentir mejor. Sabe cuánto no soporto a mi padre, joder...
Cuando volví a casa me encontré con Alex y Carla, no entendí que hace aquí, porque mierda vino, parece como si se entero que está soltera esta mañana y ya vino para molestarle aunque Carla se está sonriendo.
-Buenas noches. – les saludo
No dejo de mirar a Carla, no puedo creer que realmente esté disfrutando de su compañía.
-Hola, Samuel.
-¿Qué haces aquí? Vete a tu casa.
Me acerco a Alex, tengo ganas de tomarle por el cuello y echarle de aquí, es un descarado.
-¿No me oyes o qué? Vete.
Carla se levanta, se acerca a mi preocupaba.
-¿Samuel, que pasa? Vino a verte a ti, de hecho le dije que trabajas así que decidió esperarte.
-Claro. – respondo muy sarcástico
-Vale, Samuel, me voy, no te preocupes, lo más importante es que tú te sientes bien.
-¿Por qué no iba sentirme bien? – cuestiono
-Pareces bastante alterado.
-Nos vimos esta mañana y ahora vienes aquí, para molestarla. Los dos sabemos que haces aquí y lo mejor es que paras con eso.
Debo parecer a un psicópata ahora mismo pero si hay algo que no soporto es ese comportamiento, aunque mi relación con Carla sea farsa no pienso dejar que se le acerca y le haga daño. Le eche de la casa como un celoso marido pero no me importa.
-¿Te has vuelto loco, verdad? Por favor, dime que hay una explicación porque acabas de echar a tu amigo de la casa.
-Carla, ese tipo es un mujeriego, te lo digo enserio. Lo único que busca es meterse entre tus piernas, es un imbécil aunque sea mi amigo.
-Tú eres el único descarado aquí.
-¿Yo?
-Tu... sigues mándale mensajes a Marina y ahora cuando un tipo quiere acercarse a mi te pones celoso. – me grita
-Yo no soy celoso.
Carla esta más que enojada, no entiendo porque menciona a Marina de un momento a otro.
-Además, ¿Qué tiene que ver Marina en esto?
-Vi sin querer el mensaje que te mando.
-¿Mensaje? El último mensaje que me mando fue puta respuesta a un mensaje desde hace un mes o más.
-¿Un mes?
-Si, le mande mensaje y cuando vi que no responde me enoje y bueno hace unos días respondió el mensaje pero no estamos en contacta, sinceramente.
Eso fue verdad, me enojo que me respondió el mensaje después de 30 días, es como si no la importa, no puedo mentir... si ahora mismo apareciera por aquí la abrazaría pero eso es porque yo soy un idiota. Lo que más me molesto fue que Carla dejo a Alex acercarse tanto, podría hacerle mucho daño y entonces yo le mato, así de simple.
-Mira, no me importa lo que hagas con tu vida ni con Marina, deja de meterte en la mía, respétame un poco.
-Lo hago por ti.
Carla da vuelta, alejándose de mi lado, la quedo mirando, tengo ojos llenos de lagrimas, ojala pudiera sentir todo lo que yo estoy sintiendo en este momento.
