CAPITULO 31

823 48 10
                                    

SAMUEL

Me encuentro en mismo restaurante que Carla, estoy con Marina, mi padre insistía que debía arreglar algunos asuntos con ella ya que su padre sigue siendo importante socio, aunque no tan importante como Teo.

Carla estaba sentada con un tipo que no conozco, lleva un vestido de color rojo, se ve tan hermosa, me dejo sin aliento al verla. Están bebiendo vino y conversando sobre algo, se está sonriendo, eso note.

No dejo de mirarlos, me siento celoso pero es culpa mía.

-¿Me estas escuchando, Samuel? – dice Marina

-¿Qué dijiste?

Marina mira a la misma dirección donde se encuentra Carla y ese tipo.

-Es mejor que nos vayamos a otro lugar. – comenta

-¿Por qué?

Marina pone mano sobre mi mejilla, acariciándome.

-¿Qué haces?

-Estabas enojado conmigo por lo que dije, te entiendo pero necesitas recapacitar y volver a ser el mismo de antes. Déjate de esas estupideces de escritura, no vale la pena.

Quito su mano de mi mejilla, no logre ver si Carla estaba mirando a mi dirección, no quiero que malinterpreta todo y así mata cada oportunidad de que podríamos tener algo.

-Deja de hacer esto. – le exijo

-Samuel...

-¿Qué?

-Pensé que este enojo que estas sintiendo va desaparecer pronto, no entiendo porque te pones así.

-No me estas entendiendo y eso me molesta, me siento como puto alíen, nadie entiende lo que quiero hacer con mi vida.

-Es porque te comportas como un niño chiquitito.

-Claro.

-¿Por qué estamos aquí si pretendes discutir?

-Es negocio.

-¿Y sabias que Carla iba estar aquí?

-No, por supuesto que no.

-¿Qué te está pasando, Samuel? Estabas muy feliz por mi regreso y ahora me ignoras toda la noche, no dejas de mirarla.

-La explicación es simple, tú no eres la mujer que va estar de mi lado, apoyándome, queriéndome, entendiéndome y eso es justamente lo que yo necesito, necesito a alguien que va estar aquí siempre, dándome un apoyo incondicional.

-Te estoy siendo sincera, no como ella.

-Deja de hablar mal de ella, lo único que hace es mostrarme el bueno lado de vida, soy un pedazo de imbécil por no darme cuenta de eso. Nunca te quise, Marina... estamos aquí porque necesito cumplir lo que le prometí a mi padre, el necesita a tu padre como socio y eso es todo. Ya no me interesas, estoy enamorado de Carla, es ahora que me doy cuenta de eso, quizás siempre lo estaba y haría lo que fuera para volver recuperarla.

-Eres demasiado patético, es lo único que tengo que decirte.

Marina se va y yo quede solo, no podía dejar de mirar a Carla, ella se dio cuenta de que me encuentro solo pero no le importaba, lo merezco.

En cuanto la vi dirigiéndose hacia baño decidí apurarme para alcanzarla antes del entrar, le tome por el brazo, volví sentir ese olor característico de Carla, ese olor con el que me dormía solo últimamente.

-¿Cómo estás? – la pregunto

-Ya ves, muy bien.

-Bloqueaste mi número.

-¿Qué esperabas que hiciera? Me llamaste en 4 de la mañana.

-Si te llame a esas horas es porque estaba muy desesperado.

-O borracho.

-Eso también.

-Búscate una vida, Samuel.

-¿No entiendes que no puedo vivir sin ti?

Pongo mano sobre su cintura pero eso no cambia nada, ella no quiere mirarme en los ojos, quiere empujarme e irse de aquí.

-No te creo nada. – suspira

-Carla, me muero de celos tan solo en pensar que estas con otro. ¿Quién es ese pijo?

-¿Vas a hacerme una escena de celos, en serio?

-Te quiero. – digo

Ella me da una cachetada.

-Me quieres cuando estoy con otro o cuando Marina ya no te hace el caso.

-¿Pero qué dices? Yo soy él quien decidió romperlo todo, además yo nunca estaba con ella, no deje de pensar en ti todo este tiempo.

-Ya es demasiado tarde.

-No me hagas esto, por favor.

-¿Qué otra opción me queda, Samuel?

-Estar conmigo, esa opción te queda.

-Yo también tengo mi puto orgullo, no sé si te diste cuenta de eso.

-Carla...

-¡No me toques!

-¿Va a ser así siempre?

-Necesito que me dejas en paz.

-¡No puedo, joder! Me vuelvo loco sin ti, no tengo con quien hablar, reír, te extraño demasiado como para dejarte en paz.

Pongo manos sobre su cuello, nuestras cabezas se tocan, nos miramos en los ojos, quiero besarla tanto pero no puedo, ella no quiere estar conmigo, al menos no por el momento pero yo también tengo mis tácticas de recuperación del amor de mi vida, así llamare el próximo libro, de hecho.

-Carla...

Ella me empuja.

-Lamento mucho por todo lo que te está pasando pero tú solo lo buscaste.

-¿Vas a decir que no sigues queriéndome?

-No me hablas del amor, por favor.

-Reconozco mi puto error, solamente quiero estar contigo, el resto del mundo se puede ir a la mierda. Quiero dejarte claro que no pienso dejar de seguir insistiendo, ojala pudiera existir alguna de esas maquinas para volver el tiempo.

-No se puede viajar al tiempo, Samuel. – dice con ojos llenos de lagrimas

Ella esta triste sin mi igual que yo estoy triste sin ella, no entiendo porque no quiere reconocerlo, además yo tengo todo el tiempo del mundo, no pienso dejar de tratar conquistarla, necesito estar con ella, la necesito tanto.

Alma gemela | CARMUEL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora