CAPITULO 70

383 27 8
                                    

CARLA

Era cuestión de poco tiempo de venir a casa hasta terminar casi completamente desnudos en la cama, besándonos con mucha pasión, sintiendo exploración de nuestra piel que nos enciende más que nunca.

Samuel muerde mi cuello, de pronto baja hacia mi vientre, pasa lengua sobre esa parte del cuerpo y empieza rozar mi parte más cálida con esa lengua mágica.

-¿Cómo te sientes? – cuestiona después de unos segundos

-Ni te imaginas – suspire con pocos gemidos

Samuel vuelve subir sobre mí, besándome, note que estaba teniendo mucho cuidado por el bebe aunque no tenia porque preocuparse tanto.

-Puedes ser más rápido si quieres – suspire en su oído

-Prefiero estar más cuidadoso.

-Samuel, yo quiero que me hagas el amor como antes, como en los viejos tiempos cuando no lo hacíamos por días y luego tu vuelves a casa con tantas ganas que no podemos parar por horas.

Baje mirada, su miembro en el bóxer se ponía muy duro, quería quitárselo y hacerlo mío de nuevo.

-Joder, prefiero tener cuidado, ya sabes, por lo de...

Pongo un dedo sobre sus labios, callándolo.

-¿No has entendido lo que acaba de decirte?

-Lo entiendo, perfectamente.

-Entonces, hazlo.

Me mira incrédulo, le extraña mi comportamiento pero ya no podía más, le tenía tantas ganas que no podía esperar.

-¿De verdad...?

-Samuel, es mejor hacerlo ahora, podría cansarme pronto y entonces volveremos a estar en abstinencia.

-¿Abstinencia? ¿Qué abstinencia? No me hagas esto de nuevo, por favor – me ruega

Me parece cómico, sabía que así podría asustarlo, la vez anterior no podíamos soportarlo, esta vez sería el fin del mundo con lo cachonda que soy.

-Como me pones...

-Demuéstramelo.

Samuel pone manos sobre mi cintura, me acerca a él aun mas, roza mi cuerpo con su miembro atreves de mis bragas y su bóxer, me besa locamente en los labios, es esta pasión que quería volver  a sentir, la pasión que nunca desapareció.

-¿Cuánto me quieres, Carla? – cuestiona al besar mi cuello

No fue un beso simple y ordinario, fue un beso que me hizo gemir, besaba mi cuello hasta sentir que yo explotara de todos estos sentimientos.

-Dímelo – suspira en mi oído

-Más que nada – respondí, por fin

-Más que nada – el repite

Metí mis manos sobre pelo de Samuel, jugándome así mientras el disfruta de cada movimiento de mi cuerpo, este amor loco que sentíamos ha resultado ser la felicidad de ambos y estoy segura que durara toda la vida.

Por primera vez, recordándolo bien, los negocios de mi familia resulto ser todo un éxito, me llevo directamente a los brazos del amor de mi vida y el padre de mi bebe que me ama más que nada y yo a el porque somos dos almas gemelas.

Alma gemela | CARMUEL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora