CAPITULO 7: ¿Qué te pasa?

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Anahí.

Tres meses.

Tres meses han pasado desde mi primera cita con Simon.

Y en esos tres meses, Iván apenas me ha dirigido la palabra.

Julieta y yo nos entendimos muy bien desde el día que le pedí ayuda con mi vestuario. Es una chica increíble. Es tierna y amable. Se volvió muy cercana a mí, sobretodo cuando regresé de mi cita y me exigió que le diera todos los detalles.

Con Simon las cosas van igual de bien. Hemos salido unas cuantas veces más, he ido a su casa y el ha venido a la mía a ver películas o a conversar. 

Joshua está feliz de que salga con su hermano. No deja de repetirme lo lindos que nos vemos juntos y eso.

Y yo.

Pues yo no sé qué hacer.

La indiferencia de Iván me tiene confundida.

Con Simon acordamos no darnos un título formal, como novios o algo así, por el momento, pero siento que en cualquier momento me lo pedirá y yo no sé qué decirle.

Aunque quiera quererlo y pensar en él, día y noche como cualquier adolescente enamorada, simplemente no puedo.

Iván está metido en mi cabeza y se niega a dejarla.

Quisiera, con todas mis fuerzas, olvidarme de él de una vez por todas, pero no puedo.

Sueño con Iván cuando debería soñar con Simon...

Vuelvo mis pensamientos a la realidad.

Esta semana tengo exámenes de la mitad del semestre y tengo que estudiar si quiero conservar mi beca.

Logro concentrarme por un momento, pero luego veo a Iván, parado el el umbral de mi puerta, y todo se me va al caño.

Otra vez.

- Hola - dice con las manos en los bolsillos

- Hola - no sé qué quiere pero no puedes ignorar a alguien por tres largos meses y luego decir "hola" como si nada.

- ¿Puedo hablar contigo? - su mirada remueve la compasión que hay en mi. Se ve triste.

Asiento y lo invito a entrar.

- ¿Todo bien? - pregunto mientras se sienta en el sofá

- Si - dice - Solo quería disculparme

- ¿Por qué? - digo confundida

- Por ignorarte estos días

- ¿Estos días? - digo en tono de reclamo - Me has ignorado por tres meses

Con Iván, mi lado que siempre está a la defensiva sale siempre. Supongo que es instinto de supervivencia o algo así.

- Lo sé, lo sé - dice apenado - Es solo que no la he estado pasando bien y no quería agobiarte con mis problemas

Ruedo los ojos, pero mi cabeza me dice que no es momento de sarcasmos ni reclamos. En serio se ve mal y quiero ayudarlo.

- Descuida - digo acercándome a él - ¿Quieres hablar sobre lo que pasa? - pregunto y alza la mirada, que se encuentra con la mía.

- No quiero molestarte - me dice - Veo que tienes cosas que hacer

- No es molestia - digo conteniendo las ganas de apretarle la mano o darle un abrazo.

- ¿Qué estabas haciendo? - pregunta cambiando de tema, acercándose a mi escritorio

- Estudiando - digo sin saber cómo actuar ahora.

Siempre volveré a ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora