Luego del tremendo festín que tuvimos hace un día, me encuentro en mi cama, empacando unas cuantas cosas.
Mañana iré a dejar mis cosas en la universidad y el 3 de enero regresaré a clases y empezaré una nueva vida.
Los nervios ante estos pensamientos me carcomen, así que decido dejarlo por hoy y relajarme un momento.
Enciendo un incienso de vainilla en mi habitación y me que do acostada en la cama, sin hacer nada, mirando al techo y sonriendo ante las pequeñas figuritas fluorescentes que pegó mi papá cuando era una niña y me asustaba la oscuridad.
Papá ha tomado mejor la noticia de mi cambio y ya no se opone.
El día termina después de que la familia de Joshua llegó para abrir los regalos. Al entrar nuevamente a mi habitación, una sensación extraña me invade.
El ver las cosas empacadas me hace sentir triste.
Triste de abandonar mi hogar.
- ¿Se puede? – habla una de las clones en mi puerta
- Hola, pasa – digo sonriendo
- ¿Quieres que veamos una peli? – pregunta y yo asiento confundida
Siempre que vemos películas lo hacemos en la sala y en raras ocasiones ya que yo odio las películas de miedo y ellas las aman, así que siempre terminamos discutiendo.
- Claro – accedo y bajo a la cocina por palomitas, mientras ambas se reúnen en mi habitación para buscar una película en mi portátil - ¿Qué vamos a ver? – pregunto entrando con el bowl de palomitas y una funda de mis galletas favoritas
- Miraculous en New York – habla una de ellas con emoción
- Genial – intento hacerme la difícil a pesar de que me gustaría ver esa peli
Al final accedo y la película empieza.
********* *
Me despierto cerca de las 10 a.m. y empiezo mi rutina con pereza.
Al terminar, bajo a desayunar y un plato de waffles aún calientes me recibe en la mesa.
- Tus hermanas los prepararon – habla mamá a mi espalda
- Son adorables cuando quieren – digo riendo y camino en busca de un poco de leche y jarabe de chocolate.
- Están tristes y piensan que haciendo esto te quedarás
Mi mirada se entristece al oír sobre mis pequeñas hermanitas.
- Buenos días a la hija pródiga que empieza su vida – habla papá con diversión y besa mu frente.
- Hola – digo sonriendo
- Tengo un par de reglas para ti antes de que te vayas – dice con seriedad
- Dilas –
- Regla número 1: nada de chicos en tu habitación. Regla número 2: llamarás cada cinco horas para saber en dónde y con quién estás. Regla número 3: más te vale cumplir las dos primeras o vivirás encerrada en el sótano hasta que cumplas 60 años.
Casi escupo mi comida al oír las reglas de papá.
- Bien – hablo después de unos momentos – para la regla número uno, te ofrezco que solo irán para hacer trabajos o estudiar. Para la regla dos, te prometo que te llamaré cuando salga a clases, regrese a la habitación y vaya a dormir. Para la regla tres, no tienes que preocuparte – le guiño un ojo y me acerco a la cocina con los platos de mi desayuno.
Termino de empacar mis cosas y empiezo a meterlas en el auto de mamá. Las cajas apiladas en el coche y mi cuarto vaciándose poco a poco hacen que mis ojos empiecen a picar.
Tomo un par de respiraciones profundas y conduzco hasta la universidad, junto con Jenna que se ofreció a acompañarme.
Hay muy pocos estudiantes caminando por el campus y asumo que hacen lo mismo que yo.
Nos dirigimos a la habitación y empezamos a meter las cajas.
- Es linda – dice Jenna mientras con mi último aliento empujo la caja que contiene mis libros – y grande
- Y me hubiera encantado que ayudaras un poco – digo con sarcasmo
- Anni – se aclara la garganta - ¿Puedo preguntarte algo?
- Claro – respondo y me siento en el borde de la cama
- ¿Te estás yendo porque Iván se queda en nuestra casa?
Su pregunta me deja perpleja.
Si. Es obvio que lo hago, pero ¿tan obvio como para que mi hermana de trece años se dé cuenta?
- ¿Por qué lo dices?
- Julieta y yo estuvimos conversando una tarde y ella me dijo que Iván te gustaba y que luego tú le gustaste a él, pero nunca llegaron a nada, así que supuse que el verlo te dolía.
Esta niña sabe perfectamente cómo dar en el blanco.
- Pues sí, pero no me voy por él – hablo ignorando la incomodidad en mi pecho – Me voy porque estoy en la universidad y necesito sentirme más independiente. Lo entenderás cuando estés en mi situación
- Claro – dice y no sé si fue sarcasmo o un tono de "mejor no pregunto más" - ¿Hay más cajas? – pregunta levantándose de la cama.
- Aún queda una en el auto
- ¡Voy por ella! – grita antes de salir corriendo
Me quedo sentada, pensando en que mi hermanita se dio cuenta de mis evidentes sentimientos.
La verdad es que nunca he sido buena ocultando ninguna de mis emociones, pero me guste o no, en este momento debo hacerlo.
Debo ocultar que me muero por vivir con Iván bajo el mismo techo.
Me muero por volver a ver sus ojos todo el día.
Quiero volver a besarlo y perder mis manos en su cabello.
Me muero por él, pero he de aprender a vivir sin él; o al menos a sobrevivir.
**********
Capítulo corto.
Les dejo los tres caps ya listos para que disfruten de lo que passa y se imaginen lo que se viene.
En la actualización de intagram pueden dejar sus teorías de lo que pasará.
Los quiero mucho y nos vemos.
Un besito.
😘
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Siempre volveré a ti.
Novela JuvenilAnahí pasó toda la secundaria enamorada del mismo chico, Iván. lo olvidó y lo amó de nuevo. Se volvió un círculo vicioso en el que a cada vuelta, Anahí salía más lastimada. La secundaria se acabó para Iván. Se mudó de ciudad para la universidad y ah...