6 años después
En un mundo ideal, lleno de falsas expectativas, una mujer de 25 años debería estar felizmente comprometida con el hombre de su vida, pero ese no es el ideal de vida perfecta de Miranda Anahí Bach, psicóloga clínica con maestría en Psicología Familiar, Educativa y Criminal. Una extraña mezcla de especialidades, pero resultaron apasionantes para la mujer que ahora camina hacia su clínica privada en el centro de Cuenca, una cuidad de Ecuador.
Después de rellenar la solicitud para el proyecto, fue aceptada inmediatamente, y es que en su historial de calificaciones, tan solo en el primer semestre, los miembros del consejo quedaron tan sorprendidos con ellas y con las recomendaciones que los docentes les dieron sobre Anahí. Después de eso, su nombre encabezó la lista de postulantes y fue asignada a Cuenca, Ecuador.
En ese país iniciarían con el proyecto. El punto de éste era preparar a los estudiantes en sus áreas mientras ellos realizaban labores comunitarias y prácticas pre profesionales en países de Sudamérica.
Una vez en Ecuador, las cosas fueron viento en popa. Seguía sus clases, iba al hospital en el que fue asignada, compartía con sus compañeros de departamento y era feliz.
Al principio, fue complicado no pensar en Iván, fue muy difícil no escribirle o llamerle, o revisar su perfil de redes sociales, pero lo logró. Después, pensaba en él ocasionalmente, aún imaginaba que iría a buscarla, pero luego de unos años, dejó de hacerlo. Su herida sanó al igual que siempre y recuperó la confianza que había perdido durante esos seis meses con Iván en su vida.
Daniel Iván Scott, se quedó en Nashville, Estados Unidos y continuó sus estudios en Ingeniería Ambiental.
Terminó la universidad y consiguió abrir su propia compañía. Primero inició con dos de sus amigos de la universidad, y luego fue atrayendo más gente, y ahora, su empresa es una de las mejores en el estado de Tennessee.
A pesar de su éxito, no había un solo día que no pensara en la chica de ojos oscuros, cabello alborotado y sonrisa traviesa y dulce. Al principio, luego de recibir la carta de Anahí, ho había un solo día en que no pensara en llamara, escribirle o coger un avión y recorrer sudamérica buscándola, pero luego, su herida también empezó a sanar, al igual que sus otras heridas del pasado.
Hoy por hoy, Iván está camino a su compañía, en las afueras de la ciudad. Un edificio de tres plantas con oficinas amplias, un gran jardín lleno de margaritas y el característico olor a vainilla que Iván nunca pudo olvidar.
Ambos lograron hacer sus vidas y crear un presente exitoso, pero ninguno de los dos logró olvidarse. Salieron con varias personas, algunas casi idénticas a la persona que querían olvidar y otras, totalmente opuestas, pero nunca sintieron ni el 10% de lo que sentían por el otro.
Estaban a horas y miles de kilómetros de distancia y aún así, sus corazones latían al mismo ritmo, sincronizados entre sí.
Cualquiera creería que el día en que Anni se marchó, se acabó su historia, pero el destino tiene formas misteriosas de reunir a la gente.
Anni iba a recibir un galardón por su excelente trabajo y sus altas capacidades. El reconocimiento se llevaría a cabo en Argentina ese mismo fin de semana, así que llamó a sus padres, contándoles la noticia, y ellos no dudaron al momento de decir que comprarían los boletos de avión y saldrían para Argentina el día siguiente.
Era jueves y Anni tenía varios pendientes que resolver, así que terminó todo con rapidez y salió a su departamento.
Al día siguiente, tomó sus maletas y salió hacia el aereopuerto.
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Siempre volveré a ti.
Teen FictionAnahí pasó toda la secundaria enamorada del mismo chico, Iván. lo olvidó y lo amó de nuevo. Se volvió un círculo vicioso en el que a cada vuelta, Anahí salía más lastimada. La secundaria se acabó para Iván. Se mudó de ciudad para la universidad y ah...