CAPÍTULO 24: Idiota

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Iván.
Desde el momento en que supe que Bianca me había engañado durante toda nuestra relación, la parte de mi que creía en  el amor de película, desapareció. No me convertí en el fuck boy de la literatura, ese que juega con las chicas por una decepción amorosa. En su lugar, evitaba a toda costa cualquier tipo de relación sentimental. Es por eso que mi relación con Meredith siempre me funcionó de maravilla.
Ella era muy caprichosa y se fijó en mi. Nunca sintió nada profundo, era un simple trofeo que demostraba que ella conseguía lo que quería, cuando quería y como quería. Para mi, fue bastante fácil dejarle en claro el estado de nuestra relación y ella lo aceptó. Luego, lo que empezó como un simple acuerdo, llegó a ser algo más.
Éramos amigos, confidentes, compañeros, amantes y, en casos extremos, citas falsas. Cualquiera creería que nos amábamos con locura, pero la verdad era que solo nos hacíamos compañía. Luego, ella empezó a confundir las cosas y ahí fue cuando decidí terminar la extraña relación que teníamos. debo aclarar que nunca terminamos totalmente. siempre que me sentía mal la buscaba y ella solía hacer lo mismo conmigo. El último año, esos encuentros se fueron haciendo más comunes ya que fue un año bastante complicado para mí. El director de la editorial de mi madre, mi tío, murió ese año con cáncer y mamá, además de perder a su hermano, tuvo que dejarme a mí  y a Julieta en esta ciudad y ella regresó al pueblo de mis abuelos, dónde había edificado su empresa.

Usualmente Julieta tenía extracurriculares en las tardes y yo siempre estaba solo hasta pasadas las cinco, por lo que era muy sencillo que Meredith fuera a mi casa después de clases, tener sexo, comer algo, tener sexo, discutir el estado de nuestra relación, y ella se marchaba antes de que mi hermana llegue. 

Fue en ese, mi último año, en que empecé a sentir algo por esos ojos marrón claro que siempre había estado frente a mí. Anahí estaba una mañana organizando un concurso matemático entre los colegios del condado y yo llegué tarde a clases, de nuevo. ella corría de un lado a otro y yo intentaba ser más veloz que el tiempo, para alcanzar a mi primera hora de clases, cuando en un segundo, ella desapareció y al segundo siguiente chocó conmigo, tirándonos a ambos al suelo. 

No dejaba de maldecir y de disculparse, hasta que se levantó y me vio. Su piel se puso pálida y roja en segundos, sólo me sonrió, se disculpó de nuevo y se alejó corriendo. Ese día, sus ojos no se fueron de mi cabeza, en la noche soñé con ella y a la mañana siguiente me esforcé por despertarme temprano y encontrármela antes de que inicien las clases. Siempre llegaba diez o veinte minutos antes al colegio y me parecía de lo más extraño, pero ese día lo agradecí.

La encontré, acostada en el suelo de su salón de clases, escuchando música con los ojos cerrados y las piernas sobre la pared. La horrible falda del uniforme se le subía hasta la parte superior de sus muslos y la piel blanca contrastaba con las medias negras hasta la rodilla. Su cabello, en ese entonces bastante corto, estaba tendido en el suelo y el sol que entraba por la gran ventana del salón le daba una coloración hermosa. Desde ese día, su imagen me deslumbró. No había un segundo del día en que no pesara en ella. No pude hablarle porque su amiga llegó y yo me fui corriendo como un cobarde.

A la semana siguiente, decidí dejar el miedo atrás y hablarle. Sabía que ella se pondría más nerviosa que yo y eso me tranquilizaba un poco, pero aún así, las manos me sudaban y el saludo de ese momento me salió con la voz temblorosa. Hablamos de todo y de nada al mismo tiempo y juro que no sentí las horas  pasar. Se despidió con la mano y salió del colegio. Sabía que me veía como idiota, pero no podía ocultar la sonrisa en mi rostro, hasta que Francis, un buen amigo y compañero de clase de Anni, me encontró afuera del colegio.

Lo saludé como siempre, pero su actitud no era la misma. Intenté seguir mi camino, pero se paró frente a mí y me dijo algo que destruyó mis esperanzas totalmente. 

"No te acerques a ella, no intentes nada, si es posible no la mires, ella ya está apartada y no la dejaré ir" 

Sus palabras aún resuenan en mi mente y la rabia mezclada con tristeza me envuelve. Había pasado noches enteras pensando en los pro y contras de arriesgarme a sentir algo, y había decidido que lo vale. Estar un segundo con ella valía cada segundo, cada esfuerzo y valía la pena que me rompa el corazón. Además, según yo, ella iba a estar más que encantada de estar conmigo debido a lo que sentía por mí. Me sentía tan sobrado y más que seguro de que todo iba a ser como yo quería, que nunca pensé en la posibilidad de que ella simplemente haya pasado la página. Y así fue. Ella estaba con alguien más y yo había perdido a la mujer de mis sueños por idiota.

Los días siguientes, la veía en la cafetería con Francis, muy amistosos, se tomaban de la mano, se abrazaban, y eso me dolía en lo más profundo. Fue ahí, cuando me embriagué y le marqué a Meredith. Vino a verme en el bar en el que estaba y me llevó a su casa. Le conté todo, lo mucho que me gustaba Anahí y lo que sentía, luego tuvimos sexo, me quedé dormido y cuando desperté, ella ya no estaba. Salí de su casa por la puerta trasera, como acostumbraba, y el tema se cerró ahí.

Creí que había sido todo, hasta que el destino nos volvió a encontrar. 

Luego la historia se repitió. Volví a ella demasiado tarde y otro estaba en el lugar que tanto me moría por ocupar. 

Su madurez después de acostarnos me sorprendió, al igual que mi idiotez al seguirle los comentarios hirientes contra ella y dejar que el rumor se esparciera. Lo de la lista, es un mal entendido. No la hice yo. La hicieron mis amigos cuando estábamos en la secundaria. Creyeron que era una especie de recordatorio de los buenos tiempos, para verla en unos años, pero se nos fue de las manos y cuando les conté que iría a la única playa que nos faltaba en la lista, escribieron el nombre de Anahí, pensando que sería ella la última en la lista. 

Lo fue, y no solo en esa lista. Es la última en todas mis listas. Nunca había estado tan colgado de alguien como lo estoy de ella. 

Sé que siente lo mismo, aunque también sé que la lastimé y no creo que me perdone muy pronto, aunque una vez la escuché decir que no era para nada rencorosa. Sólo espero que también aplique para chicos idiotas que la lastimaron, porque sino, estoy perdido.

De cualquier manera, algo dentro de mí, me dice que tengo que estar con ella.

Hay algo en nuestras almas que hará que siempre vuelva a ella.

Pase lo que pase.

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HOOOOOOLIS

Perdón por las mayúsculas.

Estamos a nada de que lo bueno comience. Ya saben, el romance tóxico y eso. 

Nah, se crean.

En fin.

Eso es todo.

No se olviden de votar, comentar, y difundir la historia con sus conocidos.

Los quiero mucho y nos leemos en el siguiente cap.

Un beso.

😘


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