CAPITULO 44: Nosotros otra vez

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Iván

Veo a Anni alejarse y me muero por ir tras ella, decirle que fui un idiota y que la amo con toda mi alma, pero no lo hago.

Aé que estará mejor sin mí. 

No puedo darle lo que ella se merece, ni siquiera una parte y me lastima que tenga que conformarse sólo conmigo cuando puede tener el mundo a sus pies si quisiera.

- ¡¿Qué crees que haces?! - un grito me hace voltear y luego algo impacta en mi rostro.

- ¡¿Qué mierda te pasa?! - pregunto enfurecido caminando hacia Simon y propinándole un golpe en la mejilla

- ¡Puedo preguntarte lo mismo!  - responde equilibrando su peso y acercándose de nuevo a mí - ¡¿Cómo te atreves a hacerle eso a ella?! ¡¿Te crees demasiado para ella?! ¡Dime! ¡¿Acaso no es suficiente para tí?!

- ¡Yo no soy suficiente para ella! - respondo alterado 

- Eso está claro - habla un poco más calmado - Pero no te da derecho a romperle el corazón de nuevo

- No es asunto tuyo - digo con la intención de regresar a mi casa

- Se volvió asunto mío cuando me dejó por un idiota como tú - 

- ¿Es eso lo que te molesta? - pregunto acercándome de nuevo a él - Que te haya dejado por mí

- Me molesta que no sepas valorarla - su rostro es furia completa pero me importa una mierda. Si quiere fingir ser el justiciero, pues que lo haga.

- Deberías buscarte una vida y dejar de llorar por alguin que nunca te quiso - 

- Eres un idiota - me grita de nuevo y otro golpe cae en mi cara.

Le devuelvo el golpe, haciendo que se tambalee hacia atrás. 

Camina con rapidez y me pega en la boca del estómago causando que pierda el equilibrio y luego, me tira al suelo. 

Su puño impacta con mi mejilla dos veces y en la tercera lo detengo, con un golpe en las cotillas que me da la ventaja y me coloco sore él.

Lo golpeo un par de veces, cuando siento varios brazos sobre mí y sujetando las manos de Simon. 

Intento liberarme del agarre, pero me es imposible cuando un par de esposas sujetan mis muñecas.

"Bien hecho, Iván. Pelearte con alguien frente a la comisaría es una decisión inteligente" - habla mi voz interna y maldigo mientras siento cómo nos arrastran al interior de edificio.

- ¿De nuevo ustedes? - pregunta el guardia de la entrada mirando a alguien detrás de mi.

Sus ojos café me miran con temor y lágrima mientras camina ignorándome y acercándose a la recepción.

- Disculpe - le pregunta al oficial que sujeta a Simon - ¿Qué van a hacer con ello?

- Tendremos que encerrarlos - responde el hombre

¿Es que no pueden simplemente pedir el dinero de la multa y ya?

- ¿Y no puede sólo decirme de cuánto es la multa? - habla Anni y sonrío ante la coincidencia de nuestros pensamientos

- Lo siento señorita, pero son las reglas - sentencia el oficial, y luego nos lleva a Simon y a mí al interior de una celda.

Así es. Ambos juntos. En la misma celda.

Por suerte aún tenemos las manos esposadas.

- ¿Crees que esto le hace bien? - pregunta sin emoción en la voz - 

Siempre volveré a ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora