CAPITULO 32: Paso 5. Arrepentirse

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Siempre han existido dos cosas que me obligan a abrir los ojos por la mañana: el olor a comida y el calor de otra persona. Desde niña he tenido una especie de rechazo a dormir con otras personas. El calor de alguien más me sofoca, sobretodo si es como mis hermanas, quienes siempre que dormimos juntas me abrazan y me asfixian.

Siento algo encima de mi estómago, presionándolo y acalorándome y no en el buen sentido. Abro los ojos despacio, intentando acoplarme a la incandescente luz que me provoca dolor de cabeza. Una vez que mis ojos pueden abrirse con normalidad, inspecciono el sitio en el que me encuentro. Definitivamente no es mi habitación, y definitivamente anoche hice algo muy estúpido.

¿Que cómo lo se? Bueno pues, en primera, no acostumbro despertar con nadie abrazado a mi cuerpo, desnudos por cierto. 

Me remuevo intentando salir de la cama, cuando todos los recuerdos de la noche anterior vienen a mi mente. Iván y yo en el baño, en el taxi, en la puerta de su casa, en su cama varias veces. 

Maldita sea. Todo mi supuesto plan de venganza se fue al demonio sólo porque no fui capaz de mantener mis bragas en su lugar frente a Iván.

Más que avergonzada, estoy furiosa. 

Me levanto de la cama con rapidez y busco mi ropa. Mis bragas están tiradas al pie de la cama y es lo único que encuentro en esta habitación, al igual que los bóxers de Iván.

Me cubro el cuerpo con la manta que se encuentra al pie de la cama y salgo, rezando por que no me encuentre con nadie en el camino. Encuentro mi vestido tirado en la puerta de entrada y la ropa de Iván en el camino. Me visto sintiéndome como una prostituta. Sé que suena duro, pero la escena da mucho que decir. Cuando me estoy poniendo los tacones, una puerta suena y al instante veo a Iván parado frente a mí, sólo con su ropa interior puesta. 

- ¿Te vas? - pregunta y aún no sé descifrar mis emociones en este instante

- Si - digo en tono seco

- Tenemos que hablar - da un paso hacia mí y yo retrocedo dos. Puede que anoche haya estado ebria, pero mis defensas no han caído ante él, al menos no ahora que estoy en mi sano juicio.

- No lo creo - me volteo hacia la puerta

- ¡Espera! - no volteo a mirarlo - No te vayas, Anni - su tono suplicante me obliga a mirarlo a los ojos

- Tengo que - le explico

- ¿Tienes que? - responde - ¿Tienes que seguir huyendo de mí?

- Tengo que alejarme de ti - 

- Pues anoche no demostraste eso - replica

- Pues anoche estaba ebria y si hubieras tenido un poquito de decencia me hubieras llevado a mi casa en lugar de dejar que me acostara contigo Dios sabe cuántas veces.

- Te dije que no -se defiende - Cuando llegamos aquí te dije que deberíamos hablar, que estabas ebria, que deberíamos dormir, pero yo tampoco estaba en mi sano juicio y tu no dejabas de provocarme

- ¿Estás diciéndo que es mi culpa? - pregunto ofendida. De hecho sí es en parte mi culpa.

- Estoy diciendo que es tú culpa por embriagarte y provocarme y es mi culpa por embriagarme y dejarme llevar. No te estoy culpando. Ni tu me violaste ni yo a ti, solo es algo que pasó.

- Que no tenía que pasar - aclaro

- Que esperaba que pasara - se acerca nuevamente a mi y ya no tengo a dónde retroceder.

- Me tengo que ir - digo

- Quédate - pide y mi mente lucha de nuevo consigo misma.

No sé si fue su mirada desesperada o el rastro de alcohol en mi sistema, pero luego de unos minutos, asiento a su petición.

Me siento en el mueble, mientras él va a la cocina por café.

- Yo en tu lugar no me sentaría ahí - aparece con doz tazas de café

- ¿Por? - pregunto confundida

- Anoche...yo...tu... - tartamudea y no lo entiendo - Tuvimos sexo en ese sofá - suelta y me levanto de golpe

- Genial - digo con sarcasmo - ¿Hay algún lugar en esta casa en el que tu y yo no lo hayamos hecho? - pregunto tomando la taza que me ofrece

- Si, de hecho - responde - En el baño

- Genial

- Creo que fue suficiente el baño de la discoteca como para venir aquí y hacerlo de nuevo en un baño - 

Su maldito comentario me hace enrojecer en segundos. Evito decir algo y bebo mi café com si la vida se me fuera en eso.

-¿Nunca te has embriagado antes, verdad? - pregunta

- Jamás - digo con todo el arrepentimiento del mundo.

- El alcohol te vuelve valiente - 

- El alcohol me vuelve más estúpida - corrijo.

- Anni - deja su taza a un lado y me observa fijamente

- Me voy - digo repitiendo su acción e incorporándome del otro sofá en el que no tuvimos sexo.

- No huyas de nuevo - pide

- No estoy huyendo, es tarde - me defiendo

- Siempre haces lo mismo. Cuando algo se sale de tus planes perfectos simplemente huyes y lo olvidas - espeta molesto

- ¿Disculpa? - respondo en el mismo tono - Tú no sabes nada de mí y aún así te atreves a hablarme así, como si me conocieras mejor que yo misma.

- Es que sí te conozco, Anni. Conozco cada uno de tus gestos y gustos porque pasamos más de tres meses viviendo en la misma casa.

- ¡Sí! ¡Más de tres meses en los que apenas me dirigiste la palabra! ¡¿Enserio esperas que crea que me conoces?! ¡Pues no!

- Sé que no fui muy maduro en ese aspecto, pero eso es lo quería decirte, desde lo que pasó en la playa. Hay cosas que no sabes y quería que me creyeras.

- Pues en lugar de armar todo este drama, debiste hablarme desde el principio con la verdad

- ¿Y tu lo hiciste? - pregunta - Al día siguiente del que llegué empezaste a salir con Simon, luego te dije que me gustabas y no dijiste nada, luego te besé y me golpeaste y después te acostaste conmigo. Si yo no te hablé desde el principio fue porque tus señales eran más que confusas.

- Yo estaba bien antes de que llegaras, y luego

- ¡Ya sé! - me interrumpe - ¡Arruiné tu vida, te obligué a dejar tu casa y todo eso! Pero, ¿has pensado en lo que significó para mí el volver? No volví solo porque dije "Oh, qué aburrido que estoy, volveré a mi antigua ciudad y le haré la vida imposible a Anahí"

- Sé que no fue así, y sé que tampoco tuve nada que ver con eso. 

- En eso te equivocas, Anni - habla más calmado - Tú tuviste mucho que ver con la razón por la que me fui y por la que regresé

- No entiendo - sus palabras son confusas y me asusta lo que pueda decirme.

- Sólo dame cinco minutos y te lo voy a explicar todo - dice 

- Bien - accedo. Sólo porque mi curiosidad es más grande que mi orgullo

*********

Hooolis.

¿Cuáles serán esas verdades que Anahí ignora?

Dejen sus teorías. Me encantaría tener más comentarios.

En fin. 

Eso es todo. No se olviden de votar, comentar y difundir la historia.

Los quiero.

Un beso.

😘


Siempre volveré a ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora