A Flor De Piel

Capítulo 35

Me sentía horrible, me dolían los ojos de tanto llorar y además estaban hinchados por desvelarme tanto. Al verme al espejo no era yo sino una desconocida. No me había movido de la cama, no tenía ganas de nada, ni siquiera me cambié pijama, solo estaba ahí, sobre la cama, abrazando mis rodillas..

-Te traje algo para comer.

-...No tengo hambre

-Pues que crees, comerás igual.

Bajo la mirada. escucho sonar su teléfono, la observo expectante.

-Es luisa, ¿no es así?. Johana dijo que estaba llamándome.

-¿Johana te vio?

-Lo dijo tras la puerta.

Suspira

-No deja de sonar pero no contestaré

-Se preocupará más entonces.

-No tiene de que preocuparse

-¿Y si viene hasta aquí?.

-...Llámala y dile que estás bien.

Que era esto, ¿una prisión?. Tomo el teléfono dudosa y veo su numero en la pantalla. Debía hacer lo correcto. Mi madre me observa seria.

-¿Luisa?

-¡Elizabeth!, no sabes lo preocupada que estaba..

-¿Por que?.

-como que ¿Por qué?, no hay señales de ti. Además tu abuelo..

-¿Vendrás ahora? —Miro a mi madre quien niega rápidamente con la cabeza

-¿Que?

-Es que.., sabes estoy muy enferma, no deberías venir, ¿Como dices?.

-¿A quien le hablas?..

-¿estás por llegar? —Digo mirando a mi madre — No, por qué habría problema.., no hay nada que esconder

-Okey entendí el mensaje subliminal, iré ahora mismo, no te preocupes.

-..De acuerdo.

-¿que fue lo que dijo? —Me quita el teléfono

-Ella vendrá

-¡Que!, dije que no Elizabeth

-Sabes como es de insistente, además ¿no se supone que no tenemos nada que esconder?

Me fulmina con la mirada. -Ven conmigo.

me toma la muñeca que tanto ardía al presionar y me levanta deprisa llevándome con ella.

-A-a donde me llevas.. —Digo mientras bajamos las escaleras

-Ya que eres tan terca debo hacer algo para que todo esto no se vaya abajo. —Dice tomando su estuche de maquillaje.

-No hay manera de ocultar esto.

-Si la hay.

Toma el corrector y lo aplica a toques intencionalmente fuertes sobre mi pómulo. Aprieto la mandíbula aguantando el dolor..

-Trata de hacer algo con lo demás, ve a tu habitación traeré hielo para que se desinflamen tus ojos, ¡pero muévete ya!

No hizo falta que lo repitiese para que pegara un brinco y fuese a mi cuarto..

En que me había metido, la valentía se estaba escurriendo de mi cuerpo. Ahora que lo pienso ¿Que le diría?, ¿como le explicaría que a su amiga la habían desvirginizado?, pero debía hacer lo correcto..