Capítulo 37

649 41 1
                                    

-Asi que podemos ir a la iglesia.

-Asi es —Reponde el abuelo

-Excelente, me alegra que su esposa se haya recuperado.

-Si es un alivio, no debió de ser fácil salir de la neumonía

-Asi es pero gracias a Dios todo está bien

-¿Yo iré? —Pregunto

-Claro que irás —Dice mi madre

-¿Y las heridas?

-Ya ni se ven, además puedes maquillarte

Que fácil lo hacia ver.

-Ya sabes que hacer —Me dice el abuelo

-¿Papá con esto está bien?

-Si, eso es suficiente, no te preocupes.

Estábamos esperando el esperado invitado del abuelo. Mi madre tenía todo minuciosamente preparado, ambos estaban nerviosos, a mi me daba igual, ni siquiera quería levantarme de la silla en la mesa pero al menos saldríamos del tan misterioso "negocio" del abuelo.
Suena el timbre y mi madre se arregla antes de abrir la puerta. Ruedo los ojos y bajo la mirada. No tenía ánimos, solo lo hacía por el abuelo.

-Buenas noches.

-Pase porfavor. —Le indica mi madre

-¿Como a ido todo? —le pregunta el abuelo

-Todo excelente.

-Ella es Elizabeth, la nieta de la que hablé.

-"Buenas noches", es un placer, Bernardo —Extiende su mano

Alzo la vista rápidamente, de lo sorprendida que estaba mi boca casi caía al suelo. Él me observa tranquilo..

-Hija, ¿Estás bien?.

《No puede ser, no puede ser》..

-No puede ser. —Susurro para mi

-¿Que no puede ser?. —me dice mi madre

-Tal vez esta sorprendida de quien esta aquí, es la novedad del pueblo. —Dice el abuelo.

-¿Se encuentra bien señorita elizabeth? —Pregunta el invitado

-Vamos, saluda, ¿Que son esos modales?. —me regaña el abuelo

Bajo la mirada analizando todo, mi corazón iba a mil desde que mis ojos se encontraron con los de él. Me levanto dudosa, veo su mano y acerco la mía con desconfianza, estrechandola.

-Un placer señorita —Suelta mi mano lentamente rozandola a propósito

Mi cuerpo reacciona ante eso, volviendo a mi estómago las mariposas.

-¿Nos sentamos?. —Dice el abuelo

-Claro, todo se ve delicioso.

-Lo preparé yo misma, espero que lo disfrute.

Estaba en frente mío. De vez en cuando me observaba fijamente con sus profundos ojos. Solo desvio la mirada tomando un sorbo de agua.

-Y dígame, ¿cómo conoció a mi papá?

-Es una buena pregunta, ¿Le contestas tú?. —Le dice el abuelo

-Claro, lo conocí por mi padre, era un viejo amigo de él, mi padre siempre se sintió agradecido por lo que hizo el señor Thompson, lo salvó del impacto de bala en la guerra.

-¿Y por qué no vino su padre?.

-Él falleció. —Desvia la mirada

-Oh lo lamento, no lo sabía.

A Flor De PielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora