Capitulo 112

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Lo primero que vi al abrir los ojos es la luz del cálido sol entrando por la ventana, al igual que el azul cielo me sentía radiante, como nueva, como si nunca hubiera tenido nada.

Volteo a ver a la persona a mi lado que tenía los ojos cerrados y su cabeza sujeta con su mano volteando a verme, aun seguía con ropa de trabajo...

Fuerzo una sonrisa y me acerco hasta él pero apenas siente el movimiento pega un salto que lo hace abrir los ojos atento.

-Elizabeth —Me observa con detalle

-No creas que no noté que te quedaste despierto.

-¿lo logré? —Entrecierra los ojos por la luz

-podría decirse.

-Cerré los ojos por tres segundos

-Tienes los ojos hinchados.

-Luego descanso.

-No era necesario

-No contestaré a eso —Pasa la mano por su rostro— ¿cómo dormiste?, digo, ¿cómo amaneciste?

-Como si nada hubiese pasado —sonrio

-Eso es bueno pero ¿Estás segura?

-Como podría no estarlo.

-Aun así creo que deberías quedarte en la cama un poco más

-Ah no, no sabes el alivio que me da el recuperarme porque así salgo de aquí

-Tal vez tu madre..

-Estoy bien Bernardo, lo prometo, él que parece estar mal es otro.

-Me daré un ducha fría —Se levanta.

-De acuerdo, me vestiré mientras.

Asiente antes de desaparecer en el baño

En otras circunstancias me habría duchado pero mi madre no me dejaría tocar el agua, si tan solo me viera una gota en el cabello después de haber enfermado haría todo un escándalo y prefería evitarlo, luego lo haría de todas maneras.

Es aliviador tener que salir de la cama, había tenido la experiencia de estar una semana entera en ella cuando era más pequeña y cuando me levantaba era horrible, sentía que pensaba doscientos kilos y mi cabeza era peor que la de una loca, por eso agradezco el estar mejor, supongo que fue algo pasajero, mi cuerpo necesitaba hablar..

-¿Elizabeth?

-Hola mamá

-¿por que estás levantada?

-Porque no hay necesidad de estar más en la cama

-¿Así que te sientes mejor?

-Aja, siéntate prepararé la mesa —Voy al mueble.

-Preferiría que solo por precaución..

-Mamá le diré lo mismo que le dije al insistente de Bernardo, para mí es un alivio levantarme de ese lugar.

-¿Vez?, deberías hacerle caso a tu esposo

-¿Contra mi voluntad?

-es por tu bien

-Pero me siento bien —Dejo el café frente a ella— ahora vamos sírvete, ahora yo te serviré

-No era necesario

-Lo es —Sonrio— ¿y johana?

-Venía detrás de mi —Ve alrededor— iré por ella, sabes lo inquieta que es.

A Flor De PielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora