Capitulo 53

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-Vine en busca de esto y debo regresar, aprovecho de decir que debes estar lista, no le gusta el retraso

-¿estás seguro?, porque no quisiera tener que hacerte gastar en..

-Muy seguro. —Me corta 

Suspiro frustrada..

-¿A esta hora habrá algo abierto?

-Cierran muy tarde, de noche es mejor.

No me gustaba ser una molestia para nadie de por si me sentía mal cada vez que mamá gastaba dinero en mi.

-Ten, no vayas a perderla —Muestra la tarjeta dorada

-Pero es que..haber tal vez no sea tan necesario y..

-Elizabeth, solo tómala

Suspiro rendida y tomo la tarjeta.

-Bien hecho. Comprate una pijama también.

-¿Quiere decir que si iré?

-Es lo que quieres, ¿no?

Asiento con una sonrisa.

-Pues es tu decisión y queda bajo tu responsabilidad

-¿A que te refieres?

Se encoje de hombros

-Ya debo irme, el auto las llevará donde quieran apenas llegue bajas

-¿como sabré que llegó?

-Te hablará la portería.

Asiento

-..Adios.

Alzo las cejas sorpendida

-..Adiós

¿Se había golpeado la cabeza al entrar por la puerta?.

Asesoría, otra manera de decir que no tenía estilo. Sentía enserio fastidio de tener que elegir ropa sobre todo si tenía que ser con el dinero de Bernardo.

Toda mi vida tuve un solo pensamiento, tendrás un trabajo, tu propio dinero y así no tendrás que depender o pedir limosnas a nadie, sobre todo de un hombre, me deprimía no poder cumplirlo pero no me quedaría así, jamás me rendía tan fácil, de una u otra manera pero iba a cumplirlo.

Se escucha sonar el teléfono que había junto a la puerta del departamento..

-¿Hola?

-Señorita, la están esperando aquí abajo

-Bajo enseguida, muchas gracias.

Abro la puerta apenas vuelvo a colgar el teléfono en la pared.

Bernardo dijo que no le gustaba esperar y no quería hacerla enfadar aunque no había razón para que se enfadara, eso me hizo recordar las carreras que teníamos que dar con luisa para llegar al instituto. Extrañaba de sobremanera todo de allá..

-Buenos días señor dante

-Señorita Elizabeth —Saluda— el auto la espera afuera, que tenga buen dia

-Muchas gracias igual para usted —Digo saliendo

Era un auto negro bastante elegante con las ventanas de atrás polarizadas para que no se viera nada.

Me acerco tímida y enseguida abro la puerta. Dentro había una señorita vestida demasiado formal, una falda negra que le llegaba un poco más arriba de sus piernas cruzadas.

-Hola —Subo al auto

-Hola —Guarda el teléfono— mi nombre es andrea un placer conocerte

-Elizabeth, un placer

A Flor De PielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora