Capítulo 56 | Ella

1K 110 21
                                    

Apenas Johann me abrió la puerta de su departamento me lance a él como Koala para abrazarlo. Me atrapo entre sus brazos y nos repetimos lo mucho que nos queríamos y nos habíamos extrañado.

No sabía lo mucho que lo extrañaba hasta que lo ví. Nos dimos cuenta que nunca habíamos estado más de una semana sin vernos y ahora ya habíamos superado ese récord.

- Ya nada más de sentimentalismo o voy a llorar - corté las declaraciones de amor introduciendo mi dedo índice en su oído para molestarlo.

- Ay asquerosa - me soltó y nos reímos donde casi me caí.

- Necesito lavarme las manos, apestas - lo señalaba el mismo dedo índice que lo había atacado mientras le hacía cara de asco.

- Voy a destapar unas cervezas mientras - Johann cerró la puerta y caminó hacia la cocina mientras yo iba al baño.

Cuando entré al baño me sorprendió ver mi reflejo y por un segundo no me reconocí. En el reflejo se veía a una Poché radiante y feliz, que estaba levemente maquillada pero se notaba que estaba más preocupada de sí misma, sonreía de forma natural y le brillaban los ojos. Hace años no me veía así, estaba acostumbrada a ver mi rostro cansado y siempre preocupado, verme feliz era extraño pero ya me estaba acostumbrando a esta nueva era y me gusta la Poché en la que me estoy convirtiendo.

Con una sonrisa boba le avisé a Calle que ya estaba en el departamento, deje mis cosas sobre un sofá y seguí a la cocina donde Johann cantaba.

- No pana, aquí huele delicioso - me acerqué a Johann y destape unas ollas.

- Como no he tenido a mi mejor amiga acá para pedir domicilio cada vez que me de hambre, he optado por gastar mi tiempo haciendo recetas de internet - destapó una olla que me faltaba revisar y sonrió.

- No voy a volver en todo el año entonces - lo abrace por la espalda - a ver si aprendes a hacer aseo también.

- Volviste chistosa eh ¿Te fuiste a trabajar a un circo? - se burló.

- Casi me reí, inténtalo otra vez - tomé una de las cervezas que estaban en el mesón de la cocina y las chocamos entre risas a modo de brindis.

- Estás muy feliz - entrecerró sus ojos - ¿Efecto Calle?

- Tal cual pana - levanté la botella - me tiene en las nubes.

- ¿Ya son novias entonces? Esa mujer te ama mucho - Johann me miró con ternura.

- Novias no - trate de seguir hablando y Johann me miró serio.

- ¿CÓMO QUE NO? - Soltó una cuchara y se afirmó de costado en el mesón - ¿Qué estás esperando? Si alguien me amara como Calle lo hace contigo, le pido matrimonio de una.

- Ay ya, no seas exagerado - puse los ojos en blanco - algún día le voy a pedir que sea mi novia pero ese tema lo conversamos después, quiero primero ordenar las ideas de mi cabeza con todo lo que está pasando.

- Bueno, no esperes mucho que te la puedo quitar - Johann me dio la espalda y su comentario me enfureció.

- Ni en broma - lo amenace con un tenedor y él se rió en mi cara.

- No me mates que tengo hambre y esto ya está listo - sacó la lengua - ¿Puedes poner la mesa?

- Te salvaste por esta vez porque también tengo hambre - le di un sorbo largo a la cerveza y comencé a ordenar todo para que pudiésemos almorzar.

Ven, seremos | Caché [Pausada🥲]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora