[POV Daniela]
El amanecer comenzó a iluminar la habitación y ya estaba confirmado que no había podido dormir ningún minuto, me ardían los ojos y hace un rato me había comenzado a doler la cabeza por la falta de sueño, el cansancio y el llanto. Poché dormía acurrucada entre mis brazos y mi mentón se afirmaba con delicadeza en su cabeza.
La conversación con Poché se extendió hasta casi las cuatro de la madrugada, Johann llegó a eso de las tres y algo. Sabía que estábamos en su departamento, así que apenas llegó se dirigió a la habitación para contar cómo se había desarrollado todo una vez que llegó la policía al local y todo lo que le preguntaron cuando fue de testigo a la estación a declarar. Estaba cansado y su piel más blanca de lo normal lo delataba, bajo sus ojos tenía ojeras muy marcadas y qué decir de algunas zonas de su rostro. Tenía su pómulo izquierdo hinchado y su labio inferior con un corte leve y también algo hinchado. Pero a pesar de todo, estaba tranquilo, había defendido a su amiga y según él, seguía muy guapo y su rostro golpeado podía ser de interés para algunas chicas. Se quejó también de dolores en la espalda y en las costillas, pero nada terrible, dijo que lo haría mil veces más si era necesario.
Como buen actor y siguiendo lo que tenían organizado del plan, cuando la policía llegó se hizo el desentendido de la situación, era riesgoso si culpaba a alguien, sobretodo si daba las características de Mario por las represalias que este podría tomar con el tiempo, Johann y Poché estaban convencidos de que Mario tenía oído y ojos por todas partes, no era posible que siempre se les arruinaran todos los planes que armaban contra él.
Cuando le preguntaron por los golpes y porqué otras personas lo señalaban por haber estado involucrado en la pelea, fue muy inteligente, prefirió mantenerse al margen, solo justificó que no iba a permitir que golpearan a una mujer, tuvo que reconocer que se había alterado y que no reaccionó de la mejor manera. Por suerte su relato fue convincente y la policía le creyó, jamás pensarían que un tipo tan guapo y de tan buena presencia, según él, estaría involucrado en las ventas de droga de esa noche.
Poché lloraba por culpa mientras lo escuchaba y le pedía disculpas una y otra vez, Johann la abrazaba por un costado y yo por el otro, tratando de hacerla entrar en razón que no era su culpa y que si estábamos ahí era por que nos preocupaba, no por obligación. Lamentablemente ella nunca le tomó el peso a sus acciones cuando estuvo en aprietos y solo se enfocó en el presente, y de la misma forma que actuó en ese entonces, debía hacerlo ahora, debía enfocarse en el presente y en cómo salvarse de toda esta basura.
Las palabras de Johann y de Poché no dejaban de repetirse en mi cabeza, sobretodo las de Poché, me había contado cosas que nunca antes se atrevió a decir porque según ella tenía todo bajo control y no iba a ser necesario que me enterara. Me molesté en algún momento de la conversación pero pude calmarme y entenderla, no iba a hacer más drama en medio del caos pero tampoco lo dejaría pasar, ella estaba dañada con todo lo que le pasaba en su vida, pero a mi también me afectaba y me dolía que no confiara del todo en mi ¿Acaso no le he dado a entender lo suficiente qué estoy aquí para ella pase lo que pase?
La habitación cada vez se iluminaba más y Poché dormía profundamente. La luz que se colaba por una delgada línea que la cortina de la ventana no alcanzaba a cubrir le comenzó a pegar en el rostro, hizo una mueca muy tierna, apretó sus ojos y se giró dándome la espalda sin despegar su cuerpo del mío, tomó aire y su respiración profunda cambió por una silenciosa dejando en absoluto silencio la habitación. Dentro de todo, me siento bien de que ella se sienta tranquila y segura con mi presencia.
Llegó un punto en que el insomnio me tenia con un dolor de cabeza insoportable, así que en completo sigilo comencé a separar el cuerpo de Poché del mio y lentamente moví la ropa para salir de la cama. Me quedé de pie unos minutos para corroborar que Poché no despertaba y lentamente comencé a vestirme. Antes de acostarnos, me entregó unos jeans y Johann una sudadera, la ropa formal que había vestido anoche tenía un olor horrible a alcohol y humo de cigarrillo, de solo olerla a la distancia se me revolvía el estómago.
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Ven, seremos | Caché [Pausada🥲]
FanficEn tiempos de lucha, el amor es contención y resistencia, ¿lograrán vencer? Daniela Calle ha sido una afortunada a sus 22 años, nunca le ha faltado nada en la vida, pero tampoco se ha llenado de lujos. Ella sabe que la vida le ha jugado a su favor. ...