- Hola Poché ¿Podemos hablar? - gritó para que su voz se escuchara sobre la música.
- Laura... - me quedé boquiabierta y fue lo único que pude pronunciar mientras mi cerebro trataba de procesar todo lo que estaba pasando.
Estaba al menos dos escalones por sobre mí, lo que me obligaba a levantar la cabeza para mirarla, estaba quieta sin sacarme los ojos de encima aunque lucia un poco nerviosa por la forma en que jugaba mordiendo la parte interna de sus mejillas. Su mirada siempre había sido tan intensa que me incomodaba porque parecía que sabia leer mentes. Esta vez, era el doble de intensa, aún así, no podía quitarle los ojos de encima como si esta vez la que tratara de leer su mente era yo.
Comenzó a bajar los escalones que nos separaban y quedando frente a mí bajo su mirada y movió su brazo hacia mis manos.
- Laura no - apenas pronuncié, sus dedos que habían hecho contacto con el dorso de mi mano se alejaron de inmediato y suspiró molesta.
- ¿Podemos hablar? - volvió a preguntar y solo asentí, ya no tenía como arrancar de esta.
- Sígueme entonces - se dió media vuelta y siguió subiendo.
Subimos los escalones que quedaban hasta la salida, pero en vez de cruzar hacia la calle, se giró y abrió la puerta que estaba a un costado derecho de la gran puerta roja. Avanzamos por un angosto y muy poco iluminado pasillo hasta llegar a otra puerta, por la ubicación supuse que era la entrada a guardarropía, que también funcionaba de almacén para guardar ciertas mercancías.
- Si es lo que creo, no podemos estar acá - advertí mientras Laura sacaba una llave de su cartera y me la mostraba, sonrió y la introdujo en la chapa.
- Tranquila, hoy si podemos - dijo mientras giraba la llave y la puerta se abría. Se quedó pegada a la pared para que entrara yo primero.
Tomé aire y caminé, pasé muy cerca de su cuerpo y el oler su perfume me provocó algunos escalofríos, la mezcla de emociones de estar sola con ella nuevamente me estaba empezando a embriagar y debía enfocarme, no necesito que mi cabeza me traicione ahora.
Miré como en una de las paredes colgaban algunas chaquetas y uno que otro abrigo, prendas que parecían bastantes caras por sus diseños o por su material, si algo les pasaba o se perdían lo que menos necesitaba en estos momentos es ser participe o responsable de algo así. Me quedé de pie al centro de la habitación mirando en detalle todo a mi alrededor esperando a que Laura tomara la iniciativa de todo esto. Seguía mirando las paredes y los muebles de aquella pequeña habitación que no me di cuenta cuando Laura en cosa de segundos me abrazó por la espalda y me rodeo con sus brazos a la altura de mi cintura dejando un par de besos en mi cuello.
- Laura... - suspiré tomándole las manos - suéltame por favor.
- Lo siento - me soltó y se paró frente a mi levantando sus manos librándose de toda culpa - ¿Acaso no me extrañas? - una sonrisa torcida se formo en su rostro.
Me reí.
- ¿Vamos a hablar eso o tienes algo más importante que preguntar? - hablé al fin.
- ¿Qué tienes Poché? - bajó su mirada y llevó las manos a su cabello suelto - solo quería romper el hielo, que mierda más tensa es esta - me miró ahora con una mirada suave y solo fruncí mis labios - ya no sabia que más hacer para que quisieras hablar conmigo - su voz temblaba - Le pedí a Mario ayuda y me aviso que hoy vendrías - puse mis ojos en blanco y lleve mi mano derecha a mi frente.
- Joder... - vi una silla y traté de caminar hacia ella pero sus manos me sujetaron por mis hombros moviéndome de una forma un poco violenta hasta pegarme a una de las paredes que estaban desocupadas.
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Ven, seremos | Caché [Pausada🥲]
FanfictionEn tiempos de lucha, el amor es contención y resistencia, ¿lograrán vencer? Daniela Calle ha sido una afortunada a sus 22 años, nunca le ha faltado nada en la vida, pero tampoco se ha llenado de lujos. Ella sabe que la vida le ha jugado a su favor. ...