Capítulo 44.1 | ¿Dónde está?

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[POV POCHÉ]

Estaba ordenando mi uniforme para mañana mientras pensaba en lo rápido que se pasaba el tiempo.

Trabajar, trabajar y trabajar.

Así eran mis días hace dos semanas desde que había llegado al hotel. Apenas Alfredo me confirmó el día de la citación, coordiné con Lina el comienzo de este nuevo trabajo.

En la audiencia que tuve aquel martes, delante del juez y después de jurar que mi declaración decía solo la verdad y nada más que la verdad, recibí el veredicto del cual me había hablado Alfredo. Estaría en investigación por 120 días y por lo tanto tuve que declarar mi cambio de trabajo voluntario y dejar una copia de mi contrato nuevo porque en cualquier momento la policía se dejaba caer por estos lados para controlar la veracidad del documento y que estuviera cumpliendo con todo lo estipulado del trabajo. Tambien podian llegar en cualquier momento en que necesitaran una nueva declaración. Y por último, tuve que firmar el compromiso de presentación periódica que consiste en una firma mensual presencial en la estación de policía que trabaja Alfredo como medida cautelar para asegurarles que no me daría a la fuga en los próximos cuatro meses. La falla de una de estas firmas mensuales mientras dura la investigación es causa inmediata de detención y privación absoluta de mi libertad.

Vale y papá al principio no tomaron esta oportunidad de buena manera por lo repentino que salió todo y por las malas decisiones que he tomado últimamente cuando creía que hacía todo bien, pero al final lo entendieron. Le prometí a Vale volver a la ciudad para su cumpleaños, coincidía con la primera firma que debía cumplir. Mi pequeña ya estaba a menos de un mes de cumplir diecisiete y no me lo perdería por nada del mundo.

Johann por otra parte está enojado, no me contesta los mensajes desde que se enteró de mi nuevo trabajo, me trató de cobarde nuevamente y me cortó la llamada sin darme oportunidad de defenderme. Llamada que tuvimos el primer dia que estuve acá, lo llame apenas me instalé en mi nueva habitación para darle la buena nueva y obviamente se lo tomó mal. No le conté nada antes de subir a la montaña porque sabía que era capaz de secuestrarme para que no cumpliera el contrato y me quedara en la ciudad, pero eso no me haría bien.

Y Daniela, bueno, Daniela hace tres dias me mando el primer mensaje de varios que he recibido y no he sido capaz de contestar ninguno, hay varios que ni he podido leer. Quizás Johann sí tenía razón y sí soy una cobarde.

- ¿Coca cola o Pepsi? - habló mi compañera de trabajo revisando el minibar que tenía mi habitación.

- Coca Cola - le dije terminando de ordenar mi ropa - eso ni se pregunta.

- Yo prefiero Pepsi - dijo Mica mientras sacaba una lata de cada una y se lanzaba a la cama para acostarse al lado que habitualmente ocupaba - ¿Qué veremos hoy?

Micaela Suárez, mi querida compañera de trabajo era una luz en mi camino, era muy dulce, muy de piel, demasiado tierna, muy graciosa y con unos ojos maravillosos. Era perfecta. 

Nos conocimos en la inducción del primer día y conectamos de inmediato. Teníamos un humor similar pero gustos terriblemente diferentes. Esto nos permitía pasar todo el día juntas y no aburrirnos jamás, era muy extraño como aprendíamos de la otra.

El trabajo gracias a ella se hizo muy cómodo y perdí en el primer día todos los miedos que tenía. Por suerte, estábamos asignadas generalmente a los mismos turnos y áreas. Los ratos libres también los pasabamos juntas y cada día me sentía más cómoda con ella, con Mica ya no me sentía tan sola. Ella tenía algo especial que me hacía sentir como en casa, su mirada no me juzgaba, aunque claro, no sabía en detalle lo que había pasado por mi vida ultimamente, solo sabia lo necesario y me estaba queriendo por eso.

Ven, seremos | Caché [Pausada🥲]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora