Capítulo 45 | Batallar

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[POV DANIELA]

El paisaje que se veía por la ventana era increíble. El camino estaba rodeado de inmensos árboles resguardados por las altas montañas rocosas, no podía dejar de asombrarme con toda la maravilla que existe en la naturaleza.

Ya estábamos en los últimos días de abril y el otoño ya se estaba haciendo presente, los árboles estaban perdiendo sus hojas, el clima frio estaba llegando, los días soleados eran escasos y las nubes dominaban el cielo con abundancia. Todo eso lo encontraba maravilloso, pero a pesar de toda la belleza que había admirado en el camino, ya necesitaba bajarme del bus.

La herida de mi pierna había sanado de maravillas, fui lo más juiciosa que hay con mis ejercicios de rehabilitación. En la mitad del tiempo que me habían pronosticado ya podía caminar más segura y alcanzando casi mi ritmo normal. Cada día mejoraba.

Al fin las casi cuatro horas de viaje habían llegado a su fin, el bus al fin se había detenido frente al hotel. Fui la última en bajar del bus y el auxiliar que me había ayudado a subir ahora me estaba esperando para bajar con una sonrisa en su rostro. Le agradecí, me entregó mi maleta y caminé hasta el lobby del hotel para hacer mi registro. No podía creerlo, ya estaba acá.

Me detuve en la entrada para mirar todo a mi alrededor, el paisaje y las construcciones parecían sacados de película. Un hotel muy elegante, con un edificio pequeño a su lado que tenía un cartel gigante con la palabra "TURISMO", los vehículos que transitaban eran modelos todo terreno y muy lujosos, se veían algunas familias muy abrigadas pero muy felices jugando con la nieve que se amontonaba a las orillas de caminos y también estaban los grupos de jóvenes que comenzaban a subir la montaña con sus tablas y otros implementos para ir a practicar algún deporte.

Cuando dejé de mirar a mi alrededor, respiré profundo y entré al hotel llena de nervios y de ilusión. Tenía el estómago contraído por todas las emociones que estaba viviendo, nunca había estado tan segura de algo en mi vida como lo estaba ahora.

Antes de salir de casa mamá me preguntó casi cien veces si estaba segura de lo que haría y en todas les dije que sí. Nunca me había arriesgado a tanto, siempre he vivido en la comodidad, crecí en un ambiente sobreprotector en donde no me faltó nada.

Nunca supe lo que era arriesgarse por algo, hasta que elegí estudiar una carrera de la cual todos me dijeron que no sería rentable, que con esa carrera nunca iba a tener una buena vida, que me iba a quedar estancada y que yo podía ser mejor que eso. Nunca supe lo que era luchar duro por algo hasta que comencé a estudiar y me prometí que sería la mejor, que iba a llegar lejos con esto. Pero, aunque no lo reconociera, eso lo hacía por los demás, para cerrarles la boca y obligarlos a tragarse sus comentarios.

Ahora era distinto, porque todo cambio cuando apareció. Me costó darme cuenta de que desde que apareció, mágicamente todo comenzó a tener sentido, mis suspiros comenzaron a tener nombre y apellido, mi mente sabía que era lo primero y lo último que tenía que pensar a diario, mis oídos amaban creen que todas las canciones de amor de pronto comenzaron a hablar de nuestra historia.

Reaccioné.

Ahora miraba la vida desde otra perspectiva, quería compartir mi vida con alguien, la quería a ella. Ahora estaba arriesgándome por mi corazón, estaba luchando por mis sentimientos.

¿Podía fallar mi plan? Si
¿Podían caerse mis expectativas? Si

Pero si hubiese dejado que esos pensamientos me ganaran no estaría acá. Estaría en mi habitación, abrazada de una almohada y probablemente llorando, imaginando los cientos de escenarios que podríamos haber vivido, pensando en todo lo que pudimos ser.

Ven, seremos | Caché [Pausada🥲]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora