Capítulo 15 | Sorpresa

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En tan solo tres horas ya quería que mí día terminara, quería llegar a casa y abrazar a mí hermana sabiendo que todo estaría bien.

Por un lado estaba tranquila, con un peso menos encima pero aún tenía un trago amargo en la garganta. Mí mente me estaba traicionando haciéndome creer que no merecía a Daniela y que solo le haría daño.

No, no, no - sacudí la cabeza y la pegué al vidrio del copiloto. Estaba por llegar al trabajo y debía despejar mí cabeza de todas mis inquietudes para rendir y no fallarle a Lina.

Me baje del carro y lo primero que ví fue su rostro, estaba parada en la puerta del local.

Me acerqué con la cabeza baja y le pedí disculpas por mi atraso, sonrió y me dijo que no importaba que ya le habían explicado todo, me preguntó por Daniela y al recordarla sentí como mis mejillas se tornaban de un color rojo suave subiendo la temperatura de mí piel.

- Bien, la chica quedó bien - pase una mano por mis cabellos azules disimulando mí nerviosismo.

- Que bueno, tienes un tremendo corazón Maria José - me abrazó - nunca dudes de eso.

Lina sabia muy bien todo lo que estaba pasando y en días como hoy sus abrazos se sentían como un abrazo de madre.

- Me alegra saber que eres buena persona - se separó de mí y dijo esto pillizcando mis mejillas mientras yo entraba al local.

Entré casi corriendo a camarines para ponerme mi delantal y guardar mis cosas. Alejo estaba cubriendo mi zona hasta que llegue, al menos la mañana se pasó rápido aunque lo único que tenía en mente era a Daniela y a Daniela, sonreía cada vez que recordaba su sonrisa, sus abrazos o sus suaves besos.

- Pochas, te informo que has suspirado más de veinte veces mirando al vacío durante la mañana - dijo Alejo interrumpiendo mí descanso - veintiuna con la que acabas de hacer.

Sacudí la cabeza volviendo a la realidad y reí nuevamente, ya saben en quien estaba pensando.

- Ay Alejo... - suspiré y el volvió a contar.

- ¿Qué pasa en esa cabecita? - me golpeo con sus nudillos en esta.

- ¡HEEY! - le di un pequeño golpe en su hombro y reí - Ay Alejo... ¿Recuerdas de la chica que te hablé el otro día? - sus ojos se abrieron sorprendidos.

- Si, si, la recuerdo ¿Ya la voy a conocer? - dijo emocionado.

- Marica no, esta todo complicado aún - levanté mi vista al cielo.

- Tú lo complicas - me reprendió.

- Ushhh, en dias como hoy me odio Alejo, no puedo hacer nada bien - clave mi mirada al piso mientras con mi pie pateaba una pequeña piedra.

- No te odies, enfocate en lo que quieres y veras como todo mejora, deja los dramas - hizo una pausa - hablando de dramas ¿Ya cortaste con la fiera esa?

- No - dije casi sin voz y lo escuché respirar profundo.

- ¿QUE ESPERAS POCHÉ? - Alejo me levantó la voz y se alejo de mi - El mismo tema de siempre, "es que no puedo" ¿Verdad? - Estas últimas palabras las dijo en tono de burla y me molesté.

- Sabes que no es llegar y cortar - me alteré - que realmente no puedo, no ahora - lo miré fijamente - no es llegar y cortar como una maldita relación normal Alejo.

- ¿Sigue siendo por Mario verdad? - Dijo realmente enfadado volviendo frente a mí obligándome a mirarlo hacia arriba.

- Si, siempre ha sido él - sin sacar mi mirada de sus ojos me separe de la pared en que estaba apoyada y caminé hacia adentro otra vez golpeando el hombro de Alejo al no apartarse de mí camino.

Ven, seremos | Caché [Pausada🥲]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora