Capítulo 15 | 327 Días Antes

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Todo se siente tan vacío en la escuela, antes me motivaba venir por él pero me asusta ver con mis propios ojos que ella cumplió su amenaza de declararse.

Me asusta que mi amor decida por alguien que no soy yo. Me lleno de celos y duele.

-No luces bien. ¿Qué pasa? ¿Te fue mal con tu enamorado?
-No... yo...

¿Por qué estás tan lejos de mí? No quiero perderte.

-Levi yo te amo sólo a ti.

Él me mira y dirige su mano a mi rostro para limpiar el desastre de mis lágrimas.

-Pobre niña... no sabes lo que dices.
-Lo sé... te amo desde que nos conocimos, yo te amo.... y no puedo detenerlo.
-Nunca me fijaría en una niña, me dan asco.
-Levi...
-Necesito una mujer, no una mocosa.
-Pero crecere...
-Demasiado lenta. Ya estoy con alguien más.
-No, Levi... ella no...
-Cariño...

-¡No!

Rayos... mi cuello.

-Tsk... duele.

Estaba sudando frío.

-Menos mal fue un sueño... eso no podría ser cierto.

Llevé mis rodillas a mi pecho y llore sin más, me dolía en el alma pero no puedo hacer nada además de reprochar al tiempo la diferencia.

Tome mi teléfono y llamé a Sasha pero no respondió, eran las 3 am. Nadie va a responder. ¿Verdad?

Nadie debe saber de esto...

Jugando con mi suerte, llamó a Levi como si fuera a pasar.

-Hola.

¡¿Por qué?! No puede ser, de todos por qué tuvo que ser él.

-¿Mikasa estás bien? ¿Te pasa algo?
-Estoy... bien, sólo me equivoqué.
-¿Quién llama por la madrugada?
-Perdón, de verdad.
-¿Has llorado?
-No, claro que no.
-Puedo escuchar que tienes tapada la nariz, limpiate.
-Ay.
-JAJA.
-Ay no te rías.

De la misma manera que puede romperme el corazón, puede arreglarlo y hacerme reír, olvidar el dolor y perderme.

-Son las 4 am... debo prepararme para el trabajo, debes dormir lo poco que queda.
-Nos quedamos hablando tanto tiempo.
-Pero suenas más animada, me alegra.
-Gracias, Levi.
-No pasa nada, estoy para ayudarte. Nos vemos.
-Sí, nos vemos.

Lo sentí como si estuviera aquí y me diera consuelo, es fácil imaginarlo cerca de mí.

Me acomodé en la cama e intente dormir las pocas horas que quedan.

-Gracias, Levi... te seguiré amando.

Suena tan simple y lo es, amarlo a él, ver su rostro y sentir mariposas en el estómago, escuchar su voz y estremecerse por dentro, saber que se preocupa por mí y tener la calidez de un momento en que se cruzan nuestras miradas pero él no sabe que en todos los momentos a solas he querido robar su beso y envidio a las mujeres que sonríen para él.

Esa mujer... cumplirá su amenaza, la veo llevando un almuerzo extra a donde se encuentra él.

-¿Por qué comes con tanta rabia?- cuestiona - te va a dar indigestión.
-Tu frutita no tiene la culpa, yo me la como, lo haré con más tacto.
-Perdón, yo... tengo cosas que contarte.
-Bertolt ocúpate de la fruta, yo me ocupo de ella.
-¿Por qué tanto misterio?
-Cosas de mujeres.
-Pero soy su amigo. ¿No confían en mí?
-Bueno, es decisión de Mikasa...
-No puedo ocultarles cosas... ya no.

Fuimos al lugar más solitario de la escuela, la azotea. Y me deshile como nunca.

-¿Entonces te gusta ese papucho? - preguntó - ja... pensé que habías cometido un crimen o algo así. Por favor, Mikasa... más confianza.
-Perdón... no sabía cómo lo tomarían.
-Está bien, no te culpo.
-Pero entonces... ¿Qué te tiene molesta?

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