Me avergüenza admitirlo pero sentí alivio cuando mi madre tuvo que volver de manera imperativa a su trabajo. El único problema fue que los días lluviosos comenzaron y el camino de regreso se volvía tedioso.
-¿Hitch porque traes ese gorro espantoso?
-¿Espantoso? - Bertolt se unió a la conversión - deberías ver su cabello.
-Ya cierren la boca los dos.
-No puede ser tan malo, sólo cepilla...
-¿Annie? ¿Qué pasa?
-Pensándolo bien, el gorro no se te ve tan mal.
-¡Son horribles!
Agache la mirada para no ver a Hitch, sabía que nada bueno saldría de mí si la volteaba a ver.
-Mikasa ayúdame. ¿Tan mal se ve?
-No, no les hagas caso.
-¿Mikasa desde cuando te volviste una mentirosa?
-¿Qué? Yo no... oigan a mí no me metan en esto.
-Mikasa mírame...
-No, Hitch... por favor.
-Hazlo.
Levanté la mirada y ahí estaba... el pomerania más esponjoso que en mi vida habría visto.
La mirada nerviosa de Hitch sobre mí no me dejaba soportar la risa. Tan sólo la mire con la poca seriedad que me quedaba, tomé el gorro y lo puse lentamente sobre su cabeza de nuevo sin decir nada.
Todos los demás se soltaron a reír y Hitch los maldijo de mil maneras distintas.
Eliot pronto apareció en el club. Le quitó el gorro a Hitch y dijo lo mal que se veía pero sabía como lidiar con eso.
Empezó a trenzar su cabello hasta darle una apariencia más ordenada, irónicamente Hitch paso de ser una gran bola de pelo a una chica que irradiaba ternura.
-¡Gracias! Tú si eres bueno no como todos estos- nos señaló de forma amenazante.
-Es que... me recuerdas mucho al poodle de mi madre.
Hitch le cubrió toda la cabeza con el gorro y comenzó a patalear.
Más tarde, cuando los humos del club se calmaron decidimos sortear quien iría por café para pasar la última hora del club, el frío y humedad azotaban nuestros cuerpos que tan sólo pensaba en que sería mejor estar en casa.
Bertolt y Hitch terminando perdiendo, así que fueron mientras tanto el resto se quedo hablando de tonterías y temas al azar.
-¿Cuando recibes los resultados de tus exámenes?
-En dos semanas. ¿Y ustedes?
-También. Que lástima que tengas que mudarte tan lejos.
-¿Hitch también se apuntó en esa no?
-Sí.
-¿Entonces Mikasa eres la única que se va a una diferente?
-Eso parece.
-Los voy a extrañar.
Han sido tan amenos los días, que me olvide de eso. Recibo mi resultado en tres semanas y aunque estoy segura del resultado de vez en cuando me cuestiono que otra opción tendría.
-Ay esos dos. ¿Fueron a cosechar el café o qué?
Además no dejo de pensar que mi momento más cercano a poder confesarme es también la despedida entre Levi y yo. No habrá nuevos pretextos para volvernos a ver.
Quizá sintió mi mirada posada en él porque de pronto sus ojos acompañaron a los míos. Nos veíamos fijamente a pesar de la distancia y con pena levante la mano para saludarlo y desaparecer de su campo de visión.
¿Cuándo será buen momento para decirle lo que siento? ¿Ganaré o esto se convertirá en una batalla perdida?
