Capítulo 34 | 274 Días Antes

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No había nadie, era más tarde de la hora de salida no había forma de ignorar su voz llamándome.

Me quedé quieta en el pasillo sin nada que decir. En cambio ella caminaba despacio mientras se abrochaba los botones del suéter.

-Nos viste la vez pasada también. ¿No?

Ella se quedó en la puerta mirándome tranquila.

-Lo sé ahora, incluso nos cubriste del conserje, los escuché. Si no fuera por ti hubiéramos estado en problemas pero dime... ¿Estás curiosa por lo que viste?
-Es cierto que los vi, no sé porque le mentí a él supongo que no quería involucrarme.
-¿Por qué volviste a mirar aquí? - ella se acercó más - cuando nos vimos esta mañana y tu expresión se tornó tan tímida no pude evitar preguntarme si volveríamos a vernos.
-Emy la estás abrumando.
-Mikasa responde algo. ¿Quieres seguir mirando?

Mis latidos eran rápidos, no entendía como es que terminé en una situación como esta. No era mi intención verlos, esto ni siquiera debería estar pasando en la escuela.

¿A qué se refiere?

Ella sujetó mi mano y me llevó adentro, me perdí en sus ojos que me miraban de una forma que nunca antes vi.

Era como si se burlara de mí y al mismo tiempo me llevara a un lugar desconocido.

Sin darme cuenta ya estaba dentro, con la puerta cerrada y su mano sujetando la mía.

Su novio miraba hacia la ventana aún ignorando lo que pasaba. Y ella me sentó en la silla del profesor.

Mi cuerpo se siente tembloroso y las palabras me faltan.

-¿Por qué?
-Tranquila.
-No, yo debo irme no está bien lo que hacen.
-¿Lo qué hacen?
-¿Qué hacemos exactamente?

Su voz apagada resonó en mí, él era realmente extraño.

-No deberían hacer cosas así en una escuela. Es mejor que me vaya y ustedes también.
-Espera, Mikasa. Tenemos que preguntarte algo más.
-No estoy interesada en lo que vayan a decirme, por favor deja que me vaya, no diré nada.
-Sólo espera un poco más.

El chico se levantó, era alto y sus rasgos eran finos sin embargo su expresión vacía no me dejaba tranquila.

Ella se colocó detrás de mí y me abrazó mientras su novio se ponía frente a mí.

Mi corazón se estaba volviendo loco y el ambiente estaba cada vez más frío... ¿A dónde se fue?

-Mi novio es apuesto... ¿No?
-Esto... no... no está bien.
-Mikasa ese es tu nombre. ¿Verdad?
-Sí.
-Un placer.

Debo estar soñando, esto es irreal.

Besó mi mejilla y pronto conocí su aliento fresco, dejó un ligero espacio entre ambos.

Por alguna razón se parecía un poco a él...

Ojos azules y una piel pálida acompañada de una expresión fría.

-No se siente mal. Él es bueno en todo.
-¿De qué hablas?
-¿Quieres participar?

¿Cómo es que llegué a esta situación?

En medio de dos cuerpos aumentando mi temperatura, haciendo que mi corazón se estremezca.

Las manos de ella fueron hacia mi ropa mientras él acariciaba mi rostro y me miraba a los ojos.

Esos ojos... no son los que deseo.

Me aparte y salí del aula dejando a los dos amantes en su asunto.

Debo alejarme de esos dos y evitarlos por completo. Sea lo que hagan no me importa, no quiero que alguien más haga esto conmigo si no es...

Me detuve contraída por mis pensamientos.

En momentos así... pienso en él. ¿Por qué?

Mi amor no era así... no puede ser así.

Fui directo a mi casa y me metí debajo de mis cobijas.

No había forma de que dejara de pensar en lo que pasó apenas hace unas horas. Mi mente estaba realmente revuelta.

Yo no tengo edad para eso... pero por qué no se sintió mal. ¿Por qué?

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