Capítulo 44 | 201 Días Antes

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La escuela estaba reluciente pero el responsable no mostraba indicios.

Ja... No es capaz de darme la cara, no es tan valiente.

-Has estado muy pensativa.
-No es cierto, estoy normal.
-Mira allá va Levi.
-¿Dónde?
-Adivine, paguen.
-¡Dejen de apostar conmigo!
-Estos días se ha vuelto la única diversión del día, no te quejes.
-Esta absurda tranquilidad llegará a su fin en un par de meses.
-Incluso Hitch está harta.
-¿Quién no lo estaría?

Aparece ella con una coleta alta, sus cabellos no son lo suficientemente largos para ser sujetados así que se asoman pese a tener pasadores tratando de controlarlos.

-Este clima es un infierno, debería ser ilegal que nos obliguen a venir.
-Y apenas comienza...

La cara de Hitch hace una mueca y finalmente se deja caer en su asiento.

-Oigan tengo una idea.
-¿Sí?
-Vayamos aquí.

Sacó el volante de su mochila, era una fuente sodas que recién abrió.

-Se mira bien. Vamos después de las clases.

Hitch estuvo desesperada mientras tanto, Annie en cambio sacó su abanico para calmar el hastío que produce el calor, aunque irónicamente hubiera sido mejor que se quitara esa sudadera.

Le gente se comporta raro a causa del calor infernal de estos días.

Al terminar las clases, secuestramos a Bertolt de sus amigos.

-Esperen un momento...
-La hora de club. Olvidamos la hora de club.
-¡Nooooo!

Regresamos al aula resignados, Hitch se negó a caminar así que Bertolt la llevo en su espalda.

-Puedo ver tu trasero.
-No me importa, odio el calor.
-Mikasa ponle tu suéter, es increíble que esté siendo una degenerada.
-Oh sí.

Hubiera sido mejor ponerle su sudadera. Uhm algo esconde, ¿Acaso?

Nos instalamos en el aula y abrimos la ventanas, la actividad de hoy sería abanicarnos con hojas de papel o morir.

-Quiero una soda de esas. ¿Por qué seguimos aquí?
-No nos dejaran salir antes.
-Mal día para no estar en natación. Deben estar muy felices justo ahora.
-Piensen positivo, es buen día para no ser parte de jardinería.
-Buen punto.
-Mikasa quítate de la ventana, tu piel se quemara.

Daba igual, de todas formas no apareció él.

-Ya estás roja de la cara.
-No es nada.
-No puede ser Hitch ya te contagió su flojera.
-De mí no van a estar hablando.
-Es la verdad, ni tú misma te aguantas.
-Pues entonces déjenme morir aquí. Menos tú, Bertolt. Tú sigue abanicando.
-Oigan. ¿Y dónde está Eliot?
-Sólo se aparece cuando quiere.
-Deberían expulsarlo.

Hitch realmente estaba agonizando.

-Hola, lamento la demora fui a comprar unas cosas. ¿Gustan?
-Son... son las sodas que querías Hitch.

Abrió un ojo y al darse cuenta se quedó boquiabierta.

-¡Que buen miembro eres! - se levantó de prisa y fue hasta él, parecía otra persona - ¡Gracias!

Cada quien tomó su soda, era tan refrescante que hacía olvidarse de la horrible sensación de calor. Todos se pusieron de buen ánimo, sobretodo Hitch.

-Tomaste la de cereza, tus labios tienen un bonito tono rojo ahora.
-Oh enserio... que pena.
-Pena para la señorita que tomo la de mora azul.

Se cubrió la boca para reírse, se refería a Hitch que ni siquiera pensó en tomar su bebida, su boca y dientes se habían tornado azules pero ella no tenía ni idea.

-¿Cómo las conseguiste?
-Fui a comprarlas al local, está muy cerca.
-Pero no puedes salir de la escuela... ¿Cómo?
-Pfff tonterías... puedes entrar y salir sin problemas por cierto lugar.
-Vas a meterte en problemas.
-Lo dudo, es mi salida personal. Puedo mostrarte si gustas.
-No hace falta, además puedes ir por sodas tú.
-Había escuchado a Hitch, quise hacer algo lindo por ustedes ya que me ausento mucho.
-La escuchaste...
-¿Escuchar qué?
-No, nada.

Eliot siempre ha sido bueno conmigo, sin embargo últimamente parece intentar integrarse más a nuestro grupo.

-Hitch permiteme...

Se acercó a ella y limpio su boca con un pañuelo húmedo, ella al ver como se tornaba azul se ruborizo demasiado y no le quedó más que quedarse quieta.

Uhmm Hitch y Eliot, no se ven nada mal. Más bien diría que parecen una pareja auténtica. Ambos son tan atractivos que es difícil que está escena no sea tan linda.

Voltee a ver a mis amigos y en efecto, ellos también estaban atentos a lo que sucedía.

-Listo, ya sólo son tus dientes.
-Gracias.

Hitch estaba apenada... ¿Eso es posible?

Ella tomó su mochila y se retiro, lo último que dijo fue "Vuelvo pronto".

Eliot sin nada más que decir, se sentó en un rincón y hojeo un libro, se coloco los auriculares e ignoro a todo el mundo como era su costumbre.

Sin quedarme quieta, fui tras Hitch. No hizo falta pensarlo tanto, la encontré en el baño lavandose los dientes.

-¿Todo bien?
-Uhmm sí, todo perfecto. Sólo intento quitarme esto.
-Vale, me espero.

Pronto fui sorprendida por una carcajada de parte de Hitch. ¿A qué se debía?

-¿Uhm?
-No es nada, enserio me veo ridícula con la boca azul.
-No digas eso. Ya casi se quita.
-Sí pero ese tonto... No importa.

Se seco la boca con un pañuelo y amarró nuevamente su coleta. Con paso firme volvió al club pero ya sólo quedaban Annie y Bertolt.

-¿Y Eliot?
-Dijo que tenía que irse.
-Tsk...

Hitch se sentó en el rincón donde Eliot estuvo antes.

Uhmm me estoy haciendo ideas o acaso...

No tuve tiempo para pensar, enseguida todos salieron. No había necesidad de ir por sodas así que cada quien fue a su casa.

Mi duda en cambio, se quedó al pendiente y los días posteriores sólo fue alimentándose cada vez más.

Hitch seguía recogiendo su cabello para soportar el calor, lo notaba porque a menudo la veía haciendo eso. Su cabello corto le dificultaba la tarea así que, con hastío debía repetir la acción varias veces al día. Sin embargo, ese asunto se volvió extraño cuando encontré a Eliot mirándola fijamente en el almuerzo y en el club. Lo último también era bastante raro porque Eliot comenzó ir más a menudo al club.

Y por último, de vez en cuando Hitch parecía ser la única que no notaba esos detalles.

-Annie...
-Sí, Mikasa.
-También pensamos lo mismo, desde hace unas semanas.
-Pero no es un poco raro que ellos dos...
-Demasiado.
-¿Nos hemos vuelto locos?
-Aún así, siento que esto no va a terminar bien.
-Oigan no sean tan malos, se ven lindos.
-¿Tú que opinas Bertolt?
-Estoy del lado de Mikasa, se ven lindos.
-¿Quieren apostar?
-Annie deja las apuestas de una vez por todas. Te dije que no...

Me alejé de la pelea de ambos y me centre nuevamente en ellos.

Cierto día, me quedé sobre horario ya que debía entregar los trabajos de la clase.

-Mikasa espero que no te moleste. Necesito entrar en la reunión, ya voy tarde.
-No hay problema.

Debieron ser las 7 pm cuando vi a ambos saliendo de una de las aulas. Aquella escena encendió mis alarmas, era una especie de dejá vú.

-No puede ser, ellos...

Una sensación extraña y pesada me invadió, y por alguna razón no pude ir tras ellos para cuestionarlos, tan sólo me quedé en silencio con la mente echa un lío.

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