Capítulo 17 | 317 Días Antes

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Siempre lo veo ir de un lado a otro con el gesto frío y centrado en lo que sea que esté haciendo. Yendo en órbita alrededor de mí.

Cuando él  tiene toda mi atención... ¿Quién soy yo para él?

No quiero separarme de esta ilusión que yo misma cree pero de que manera puedo acariciar su corazón.

Lo extraño aún cuando nunca tuvimos nada que nos uniera.

Lo extraño sin saber exactamente qué extraño de él.

¿Así es el amor?

Veo su espalda firme, justo ahora siento como si fuera un bloque de hielo. Algo inaccesible cuando en días pasados me derretía por ello.

Él gira al escuchar mis pasos torpes y siento como la presión en mi pecho se hace mayor.

Me mira y enseguida desvía la mirada hacia otro lado.

Cuando siento su frialdad... mi corazón se siente extraño, el deseo por romper esa barrera motiva mis débiles intentos. Como si algo pudiera cambiar.

Así debe ser... el amor no correspondido.

-Otra vez tú. ¿En qué lío te has metido esta vez?
-Ninguno por ahora.
-¿Entonces qué necesitas?

Por favor... no me rechaces aún. Déjame seguir en esta ilusión.

-Hablar... quiero hablar contigo.
-Tsk no tengo tiempo para citas de una vez aclaro.

Entonces sí es por eso.

-Lamento que me haya metido, tan sólo cumplía el recado que la señorita Ral me pidió.
-Déjame entender eso... Desde un inició ella fue... espera.
-Siento haberme ido corriendo ese día, debí darle más detalles.

¿Por qué estoy haciendo esto?

-Si te has molestado por ello, me disculpo.
-Por un momento creí que serías tú...
-¿Eh?
-Nada, simplemente me pareció de mal gusto enviar a una estudiante a entregar recados sin firma... Uff se presta a malinterpretaciones.
-¿Me perdonas?

Vamos Mikasa, pon la cara de gatito. Es ahora o nunca.

-Perdonarte...

Levi perdió el suelo, se dejó caer en la banca y nuevamente me miró.

-Mikasa... no tengo nada que perdonarte.
-Bueno, quería saber cuál era la razón para ignorarme. Has tenido un gesto aterrador estos días.
-¿Ah sí?
-Sí... me había acostumbrado al Levi amable que me encontraba por casualidad o visita el café. El cambio es notorio cuando esa persona solía ser cercana a ti.
-¿Crees que somos cercanos?
-Oh... yo me refería a... bueno, la amistad que tenemos.
-Una estudiante y un conserje...
-Sólo dos personas que se frecuentan... amigos.

Aunque me gustaría ser más que eso...

-¿No te importa?
-¿Qué?
-Quién sea yo.
-Quién yo conozco es una persona muy amable que me gusta... me agrada. Perdón, perdón...

Levi me dio un golpecito en la frente y sonrió.

-Está bien, eres una buena amiga.

Al traspasar el muro que implica hablar con él, veo a la persona con quien mejor me siento... a quien mis sentimientos corresponden. Cuando la conversación bajo el atardecer se vuelve mágica, creo con más fuerza que entre nosotros podría existir algo más que la ilusión que sostengo para nosotros.

-Me disculpo por las dudas que cause, todo está bien. Vuelve a casa, se hace tarde.
-Entonces sí recuerdas que hoy es mi día libre.
-Claro, el día que no me atiende una cercana amiga de instituto.

Ambos reímos en ese momento pero de camino a casa pensaba en ello con más profundidad.

Qué habría pasado si Levi y yo tuviéramos la misma edad y en el pasado hubiéramos compartido días de juventud.

¿Él me aceptaría?

-Kattie... ¿Crees que yo podría gustarle?

Mi gata ronronea y pone sus patitas en mis cara.

-¿Crees que al menos le parezco linda?

Me acerco al espejo y miro con detenimiento.

-Aún cuando no soy una mujer... sólo una chica creciendo en desventaja contra él. ¿Podría gustarle?

Me tiro a la cama de nuevo y Kattie salta al tocador.

-Espero al menos tener una buena personalidad... ¿Cómo son las mujeres a esa edad?

Todo lo que se viene a mi mente es la señorita odiosa.

-Definitivamente no sería como ella. Yo... estaría a tu lado y pasaríamos buenos momentos juntos. Creciendo bajo el cuidado del otro.

Espero crecer pronto y seas para mí como lo soy para ti.

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