Capítulo 36 |246 Días Antes

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-¿Te has enterado?
-Todo mundo lo sabe, no es ningún secreto ahora sobre todo si se trata de esos dos.
-Que patéticos.
-No puedo creer que ensucien el nombre de nuestra escuela de esa forma tan nefasta.

Todos hablaban con expresiones de desagrado, apenas había llegado y ya había un ambiente tan pesado.

-Mikasa, Mikasa, Mikasa.
-Dime, Annie.
-¿Tú sabes lo que pasó?
-No realmente... recién acabo de llegar.
-Bueno, Hitch sabrá.
-¿Ni una idea?
-Para nada sólo que son de nuestro grado.
-Ya veo.
-Chicas ya sé que pasó.
-Oh vamos, vamos...

Bertold estaba en medio de nosotras, minutos después Hitch se unió tras la seña de él.

Cómplices de chismes... se nos da bien.

-Okay... mi amigo del otro grupo me dijo todo.
-¡Ya cuenta!
-Suspendieron a dos alumnos de su grupo, los encontraron besándose en el laboratorio, eso dijo.

Oh deben ser ellos...

-Ya tenían la sospecha pero hasta ayer los atraparon con las manos en la masa. ¿Puedes creerlo?

Si hubiera seguido con ese juego... yo también estaría en esa situación.

-Y no sólo eso, dicen que hay un rumor sobre que ella está embarazada.
-Uhmm si tan sólo supiera quien es.
-Es la chica que encontramos la otra vez, la que te quedó viendo raro.
-¿Cuánto durará su suspensión?
-Al menos una semana.

Ese par... ¿Por qué me preocupo por ellos si ni siquiera me agradan?

-Es bastante. Debió ser algo más que besos.
-De todos los lugares eligen una escuela... Dios.
-Lo peor de todo es que ahora se pondrán más estrictos. 
-Sí, pasó lo mismo cuando encontraron a los de último grado bebiendo.
-Ni bien llegan a último grado y ya se sienten capaces de todo.
-Yo aún veo películas de Barbie.
-¿Que tú ves qué?

Me preguntó... si estarán bien.

-Mikasa. ¿Todo bien?
-Sí, es sólo que llegue a conocerlos.
-¿Cómo así?
-Me los tope pero nada...
-Tengo sus teléfonos.
-¿Qué?
-Es posible que no te puedas comunicar con ellos, deben estar siendo acosados por todos.
-Que mal. La chica parecía simpática pero el chico...
-El chico es muy guapo, al verlos la atención se la llevaba él pero ese gesto frío... ah no lo sé.
-¿También los conoces?
-Bueno, ya hay fotos, los recuerdo ahora.
-No puede ser...
-Los funaron.
-Pobres no merecían esto. ¿Quién habrá sido el desquiciado?
-Peor aún, ahora habrá junta de padres.

La foto era de ambos, no estaban haciendo nada pero el texto en la foto era malintencionado.

Quisiera hablar con alguno para saber si están bien o para decir que yo no los delate. Después de todo quien sabía de esto era yo.

-Oye Bertolt...
-Sí, dime.
-Sabes de alguna dirección.
-Uhmm no pero si me das un chicle te lo investigo.
-Trato.

Terminaron las clases como pudieron, el ambiente seguía tenso y los maestros debían encargarse de los murmullos que no paraban.

-¿Y mi chicle?
-Aquí.
-Gracias.
-¿Eran necesarias las gafas? - dije tras tomar la nota - sé quién eres.
-Es la última vez que ofrezco mis servicios.
-Ya, ya perdón...

Le di otro chicle y se fue feliz. Yo en cambio abrí nerviosa el papelito con la dirección, en realidad olvidé preguntarle de quién era.

-Mikasa... vámonos.
-Oh sí.

Sin estar muy segura toque el timbre y espere cinco minutos antes de volver a tocar.

-Creo que no hay nadie.

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