Capítulo 25 | 226 Días Antes

320 70 8
                                    

No pude volver a la escuela al día siguiente, ni al siguiente... llegó fin de semana.

Todo lo que había pasado me tenía tan perdida que dolía cada vez que se cruzaba un recuerdo.

¿Cómo puede existir ese grado de maldad?

Mamá quedó de visitarme pero se encuentra muy lejos para hacerlo, no quise decirle para no obligarla a venir, daba igual me sentiría de la misma manera. Ahora está atendiendo sua asuntos con una preocupación más.

Mis amigos preguntaron por mí, explique la situación y aunque quisieron venir, no me sentía con la resistencia para dejarlos pasar, se han limitado a traer y llevar mis tareas mientras estoy ausente, la escuela no puso peros pues asumieron que seguía afectada por el asesinato de mi jefe, la realidad es que sí pero el no tener a Katie me tiene muy mal.

La forma en que terminaron las cosas no fue justa para nadie.

-Se terminó la comida...

El refrigerador estaba vacío y la carencia de sonido era aterrador.

Me cambié de ropa y fui al super mercado, quizá respirar aire fresco me ayudaría.

Mis compras fueron lentas debido a la pesadez de mis piernas, es que sencillamente el ánimo se me caía al suelo.

-No deberías cruzar la calle sin mirar.
-¿Huh?

Me tomó del brazo y me devolvió a la acera, los autos pasaban... si no fuera por él.

-Mikasa... ¿Qué pasa?
-Yo...

Solté las bolsas con mis compras y me dejé caer sobre su pecho.

-No puedo creer que hayan hecho eso... no pude hacer nada por ella.

Él me cubrió con la gorra de mi sudadera y me abrazó.

No pude evitar llorar todo lo que había soportado para mí misma.

-Te llevaré a casa.

Me seque las lágrimas con las mangas y fui tras de él, llevaba mis bolsas. La conmoción me hizo vulnerable.

Abrí la puerta, él se instaló de inmediato dijo que me calmara mientras preparaba la cena para mí.

-Estaba preocupado por ti, me enteré de lo que pasó pero no imagine que también... bueno, prueba esto con cuidado, está caliente.
-Gracias.
-No pasa nada.

Sólo era sopa pero me reconfortaba en el fondo, hacia menor el frío que sentía.

-Katie me acompañó por mucho tiempo, la adopte cuando mi padre murió... me sentía muy sola pero ella apareció cuando más lo necesitaba. Ahora ya no está más conmigo, lo que me lastima es que fue envenenada. Aún no logro comprenderlo.
-Sé que es duro pero debes salir poco a poco de esto, hay personas horribles en todas partes.
-Me siento culpable.
-No es tu culpa.
-Yo debí estar cuidándola...
-Nadie lo habría imaginado, Mikasa deja de atormentarte. Katie ya no está pero tú sí, saldrás de esto.

Consuelo o un regaño... no tengo idea pero sus palabras abrazaron directamente a mi alma.

Él tomó mis manos, me abrazó y me dejó dormida en el sofá de la sala de estar.

Por la mañana siguiente tenía una nota en el refrigerador.

"Ten más cuidado mientras cruzas, come a tus horas y regresa a la escuela. Lamento tu perdida, todo estará bien"

-Katie... voy a estar bien.

Salí de casa en dirección a la escuela. Serán tristes las mañanas y mi llegada a casa pero debo seguir por mí.

-Estaré bien, no te voy a defraudar.

No puedo entender la maldad que existe en las personas, no quiero estar de ese lado. Sin embargo, tampoco puedo pintar un mundo perfecto sin mancha. Todo lo que me queda es vivir cada día y hacerlo para bien.

Ellos me reciben con una mirada cálida, toman mis manos y me dicen que todo está bien sin efectuar palabra.

Extrañaré a Katie por todo lo que hizo por mí pero la vida continúa de una u otra manera.

Espero haberte dado felicidad mientras estuviste conmigo, mi querida amiga.

-Comenzaremos la clase, tomen sus asientos.

Nada se detiene, no puedo quedarme estancada y esa es una realidad firme.

CRUSH Donde viven las historias. Descúbrelo ahora