Capítulo 49 | 158 Días Antes

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Las pruebas para los exámenes consumieron mayormente mi tiempo sin duda. Las siguientes semanas sólo pude mejorar mi imagen para no preocupar más a mis amigos.

Hablaba con ellos, reía con ellos, estaba para ellos pero en el fondo seguía sintiéndome en la obligación de estar para no levantar más alarmas. Valoro lo que hacen por mí pero es simplemente la ausencia de alegría que me tiene postrada. Al llegar a casa, me echo a dormir hasta que mi gato pide comida.

-Soy un desastre... lo siento, lo siento...

El gato se dispone únicamente a comer, mueve la cola agradecido pero dudo ser un buen dueño en este momento.

Escucho el teléfono, perdí dos llamadas antes de poder atender.

-Mikasa... ¿Estás bien?
-Sí, lo siento. Tome una siesta.
-Lo lamento mucho.
-No, está bien. ¿Qué pasa?
-Sólo quería preguntarte si ya tienes la guía del examen de admisión.
-¿Eh?
-No, no la tengo aún.
-Okay, puedo mandarte el pdf si quieres.
-¿De verdad? Te lo agradezco mucho.
-No hay de que, tenemos que pasar ese examen juntas.
-Sí, gracias.
-Uhmm bueno, te dejo seguir descansando.

El examen es en una semana, no estoy segura de poder hacerlo. Se supone que tengo ya un 50% de posibilidad de ingresar sólo por ser estudiante de la preparatoria incorporada a esa universidad pero son tan rigurosos que eso sólo asegura la preferencia para el acceso al examen, el otro 50% se define en el examen y la entrevista.

El correo de Hitch llega en ese instante, es un archivo ligero a los que me envió la semana pasada.

-Uff qué debería hacer...

Hitch se sentiría decepcionada si a pesar de todos sus esfuerzos yo decido renunciar a esa opción pero después de lo que pasó quisiera huir de aquí.

Con el pasar de los días creí que Levi olvidaría mi vergonzoso momento sin embargo ahora parece no sólo evitarme sino también odiarme.

A veces pienso que debería olvidar todo lo que siento.

El gato termina de comer y se posa en mi regazo para que lo acaricie como es su costumbre.

-Me alegra saber que no me odias.

De pronto el gato salta asustado de mí. Alguien toca de forma violenta la puerta y me quedo paralizada sin saber que hacer.

Sin embargo, el sonido no volvió a repetirse pensé que podrían ser niños molestos jugando así que decidí no darle importancia.

-Hey... Ryuck no te asustes, ya pasó.

El gato ya había comido pero yo aun no, tenía flojera de preparar algo así que preferí salir a comer a algún lugar con suerte podría distraerme.

Estaba tan concentrada en que iba a comer que no presté atención a mi alrededor. De pronto sentí dolor en mi brazo, alguien me llevaba a la fuerza y me azotaba contra la pared de un callejón.

-No te atrevas a gritar. Seré breve.

Me invadió el medio por un momento sin embargo mi agresor no era un desconocido para mí. Sabía perfectamente quien era y antes de que lo dijera sabía lo que quería.

-Esa zorra... ¿Es verdad que tiene un nuevo novio?
-No sé de lo que me estás hablando, dejame en paz o llamaré a la policía.
-Responde de una maldita vez, no me hagas enojar.
-No tengo porque responder.

Intento librarme pero me tira del cabello y me hace caer al piso.

El pánico empieza a llenarme, quiero llorar.

-Sólo dilo. Esa maldita zorra está con alguien nuevo. Hitch... mi Hitch está con ese tipo bonito ahora.

Debe referirse a Eliot, ellos suelen regresar juntos a casa. No volví a cuestionarlos pues él fue claro diciendo que la estaba protegiendo, debí suponer que se refería a este tipo.

-Si ella sale o no con alguien no es de tu incumbencia. Déjala en paz.
-Cállate. Hitch me sigue queriendo a mí porque ella es mía todavía. Ella... ella no puede atreverse a tener otro novio después de mí.

Comenzaba a balbucear, sentía su ira y su rencor pero jamás podría entender a un loco como él.

-Dime el nombre de ese sujeto, sé que lo conoces van a la misma escuela, lo he visto entrar a tu casa.
-Voy a llamar a la policía.

Trato de levantarme pero antes de poder hacer algo me golpea el estómago con una patada.

Mi miedo aumenta y no sé que hacer, sea lo que sea estoy metida en un grave problema y todo lo que espero es que alguien llegue a ayudarme.

-Tú debiste enseñarle a ser una zorra, metes a gente a tu departamento y te vistes de esa manera para llamar la atención.

Sólo podía mantenerme callada mientras él me insultaba.

-¿Crees en el diablo maldita? ¿Eres una bruja?
-No, yo... no.
-¿Entonces por qué sales así a la calle?- volvió a patearme - tú y esa maldita rubia contaminan a Hitch.

Jamás había recibido maltrato por la forma en que me vestía. ¿Por cuánto tiempo este sujeto me ha observado?

-Mi madre dice que son unas zorras aquellas que adoran al diablo. Si tú no te hubieras metido en lo que teníamos ella y yo...

No es verdad, Hitch salió de todo eso antes de conocernos, lo hizo porque este tipo la controlaba, en su momento jamás imagine por todo lo que tuvo que pasar, no quise cuestionarla más de lo que ella se atreviera a contarme sin embargo a mi mente sólo viene el recuerdo de las pastillas que tomaba para superarlo.

¿Hitch... tuviste que pasar por todo esto?

-No has respondido. ¿Cuál es el nombre del tipo con el que ella sale?

No quiero responder, no puedo... ¿Por qué tengo que ver en esto?

-¿Desde cuándo Hitch se mete con ese tipo?

Vuelve a golpearme y siento el sabor de la sangre en mi boca, seguramente me ha partido el labio.

-¿Qué ha hecho con ella? - está fuera de control - todos los días los veo juntos, ese maldito no se separa de ella.

Me duele, quiero salir de aquí pero nadie está alrededor para ayudarme.

-Quiere tomar mi lugar ese mal nacido pero Hitch sólo me quiere a mí, ella tiene que entender que sólo yo la puede querer. Nunca debí dejar que se fuera.
-Tú lastimabas a Hitch. No te atrevas a decir lo que tiene o no que hacer. No eres más que una mancha oscura en su vida.

Saque fuerza y le di una bofetada. Estaba harta de seguir escuchando a un maldito psicópata.

Él estalló contra mí después de eso, mis manos apenas podían proteger mi rostro. Sentía que iba a desmayarme en cualquier momento.

-¡Auxilio! - grité desesperada - ¡por favor alguien!

Mi mente estaba nublandose. Eliot sólo protegía a Hitch, debió darse cuenta de que este sujeto volvió pero porque no me dijo nada... o es que acaso he estado tan inmersa en mis propios problemas que no pudo decirme. Ni si quiera me di cuenta del momento en que fui arrastrada aquí.

-Tú vas a ayudarme a hacerla recapacitar.

Fue lo último que dijo antes de darme el último golpe que me dejó inconsciente por no sé cuanto tiempo.

-Despertaste. Me alegra que no estés muerta, tenemos mucho trabajo que hacer.
-¿Qué? - me dolía cada parte del cuerpo - ¿Dónde estoy?

No llevaba conmigo mis cosas, debió quitarme el teléfono y las llaves mientras estuve inconsciente.

-Dame la clave o te corto.

Amenazó con una navaja, no tuve más remedio que hacerlo. Luego de eso se puso a revisar mi teléfono si dirigirme la palabra, noté que envió mensajes pues el sonido de notificación estuvo sonando por un tiempo.

-¿Qué vas a hacerme?
-Ya te lo dije, vas a ayudarme a hacerla recapacitar. Se paciente, vas a pasar un buen rato aquí.

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