Capítulo 13

32.9K 2.1K 325
                                    

Katherine

No sé, si esta es la decisión correcta, pero lo único que sé que es lo más seguro para nuestra familia, volver a Alemania no estaba en mis planes de hecho, creo que, me hice tanto a la idea que toda mi vida tendría que estar huyendo cada determinado tiempo para que no encontraran a mis hijos y a mí.

-¿Estas realmente segura?- me pregunta Dom por enésima vez- no quiero que tomes una decisión apresurada-

-No estoy segura- admito- solo sé que volver a Alemania es lo más seguro para nosotros, tu padre no descansará a tener a Renzo en sus manos y asesinarme en el camino-

-Sabes que en el momento que pongas un pie ahí, nuestros hijos y tu estarán en la mira de muchos enemigos-

-Lo sé- lo miro- pero nosotros seremos capaces de protegerlos, esto es algo que no pienso que se vuelva a repetir- determino.

-Bien, ¿cuándo nos marchamos?-

-Lo más pronto posible- aclaro- con tu padre herido nos da cierta ventaja sobre él, pero no por mucho tiempo-

-Lo más seguro que en estos momentos esté regresando a Alemania, buscará que los demás socios lo apoyen a su causa- asiento- también hay otro asunto-

-¿Cuál?-

-Tu familia- guardo silencio unos segundos- sabes que cuando se corran los rumores de que has vuelto, no dudarán en ir a verte-

Me tenso ante la mención de la palabra, suelto un maldición en voz baja cuando lo recuerdo, la relación con mi familia es realmente nula por no decir que son una porquería.

-¿Qué ha pasado con ellos?-

-Bueno- se mete las manos a los bolsillos- más de una vez interrumpieron en mi casa para exigir pistas tuyas de donde podrías estar, tienen la entrada prohibida a mi casa- suelta un suspiro- lo último que supe es que, Sam, se había graduado y estaba trabajando en las empresas de tu padre-

-No entiendo- suelto una risa irónica- jamás les importó lo que pasara conmigo, lo único que les importaba era el dinero que iban a conseguir con la asociación y nuestro matrimonio-

La familia Lang, una de las mejores de la alta sociedad en Berlín. junto con los Becker de puertas para afuera son el ejemplo a seguir de cualquier familia, un matrimonio consolidado, con tres hijas educadas para ser todas unas damas pero, como en cada familia siempre hay una oveja negra.

En mi caso soy yo

Jamás seguí las estúpidas e hipócritas reglas con las cuales fui criada la mayor parte de mi vida, puedo ser una dama siempre y cuando me plazca hacerlo. A diferencias de mis hermanas que viven pegadas a ellas con el concepto que hay que casarse, tener hijos y mantener al hombre feliz. Si hay algo en lo que coincidimos Dominick y yo al principio de nuestro matrimonio fue que ambos éramos personas incomprendidas.

Éramos las ovejas negras de nuestras respectivas familias.

-¡Katherine Lang!- un grito nos hace sobresaltarnos, veo que es una Alana bastante enojada y preocupada- te llamé durante horas, ¡horas!, ¿sabes lo preocupada que estaba?-

-Lo sé y lo siento- digo con una mueca- mi suegro me encontró y se llevó a los niños-

-¡¿QUE!?- grita- ¿ellos están bien? ¿cómo están mis niños?-

-Ellos están bien, Dominick los salvó y a mí también-

-¿Cómo pasó todo esto?-

Comienzo a contarle todo lo sucedido en el día, cuando termino de contarle todo a lujo de detalles me toma en un fuerte abrazo suelto un gemido de dolor cuando me aprieta por accidente mis costillas.

Volver a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora