La hobbit de la qué me enamoré

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Siento como el miedo y pánico intentan invadir mi sistema, trato de no perder la calma para no imaginarme los peores escenarios y ni se diga de Dominick que está igual o peor que yo.

-¡Maldita sea Katherine!- exclama mi amigo- ya no responde a mis llamadas, con un coño Koch, ¡date prisa!-

-¡Voy tan rápido como puedo idiota!- le digo- es la hora pico del tráfico, tampoco tengo una varita mágica para hacer un wingardium leviosa que nos lleve flotando por toda la ciudad-

-Estás haciendo que te quiera meterte una bala- gruñe

-No lo harás por qué me amas animal y me necesitas-

Conduzco con prisa esquivando los autos para llegar hasta el punto donde paró la última ubicación de las chicas, no habían ni pasado una hora cuando mi amigo recibió una llamada de su esposa para decirle que estaban en una persecución por los hombres de Conrad Becker, rápidamente dejamos los asuntos de lado para tratar de socorrerlas.

Más vale que ese hijo de puta no le toque un solo pelo a mi hobbit.

Nunca me había enamorado, como dice la esposa de mi jefe. Siempre he pensado con mi pene. Jamás me ha importado estar atado a una mujer de forma permanente, la verdad, le tenía repelús a las relaciones. El animal que tengo como amigo y jefe, también era igual que yo.

Nuestros miembros pensaban por nosotros.

Claro, eso fue cuando Katherine Lang llegó a su vida para ponérsela pata arribas y amenazarlo con cortarle las pelotas si se le ocurría tan siquiera la idea de serle infiel.

Desde entonces mi amigo ha estado locamente enamorado de ella. Dejando eso de lado, es mi turno de brillar, el animal de mi jefe ya tiene mucho estrellato.

Cuando conocí a Alana Williams, mi primer pensamiento fue.

Que mujer tan enana

Y hermosa

Aunque desde el momento se puso a la defensiva conmigo cuando aparecimos en el apartamento de su amiga y mi jefa me dio la orden de llevarla ella y los demonios que tienen por hijos a su apartamento. Me pareció admirable la forma en que los protege a ellos y a Katherine, aún sabiendo al mundo en que pertenece mi amada y querida jefa.

Le digo cosas bonitas, porque si se entera que le digo cosas que la hagan enojar. Una bala irá para mis pelotas.

Volviendo al tema, ¿dónde me quedé?

Ah, sí.

Mi enamoramiento por la hobbit.

Disfrutaba molestarla con su altura, es que ni siquiera me llega al hombro, pero como dicen.

Las grandes potencias, vienen en frascos pequeños.

Esa mujer ha logrado sorprenderme en varias ocasiones, no permite que su altura la defina por completo y está dispuesta a todo con tal de proteger a los suyos y en especial en patearme el trasero. Me negaba a mismo a tener sentimientos hacia una mujer para toda la vida, me gustaba mi soltería. Pero cuando esa enana con poco filtro llegó a mi vida y se mudó con nosotros invadiendo mi espacio personal y privacidad. Al principio era puro sexo, después de la primera noche que dormimos juntos

Las cosas cambiaron

Y mis sentimientos hacia ella también

Por una vez en mis treinta y cuatro años quise más que una simple noche de sexo, quería saber lo que era tener a alguien a tu lado que te dé apoyo y amor sin importar los obstáculos. No quería una sola noche con ella.

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