Capítulo 35

25.1K 1.7K 191
                                    

Katherine

Lo admito

Estoy nerviosa

Aunque Dominick me aclaró que ellos son personas comunes y corrientes a pesar de sus títulos- y los nuestros- ellos formaron parte de su vida durante los cuatro años que yo estuve fuera, son importantes para él.

-Hasta acá siento tus nervios, hase- escucho la voz de Dominick detrás de la puerta del baño- tranquila, todo estará bien-

Abro la puerta la del baño, después de dormir varias horas por el jet lag, mi esposo me despertó para preguntarme si quería conocer Hong Kong, emocionada por la idea de conocer el lugar, me levanté para darme una ducha. Me quito la toalla del cuerpo, acostumbrada a estar desnuda en su presencia, me acerco a mi maleta para sacar un cambio de ropa, mientras bufo y espeto por los nervios.

-Lo dices por que tú ya los conoces, en cambio ¿yo?- espeto con los nervios en punta- siento que me estoy metiendo en la boca del lobo-

Escucho como se ríe, cuando me coloco las bragas y el sostén, sus manos toman mi cintura, por instinto recargo mi cuerpo con el suyo sintiendo el calor de su cuerpo. Cierro los ojos cuando deposita un beso en mi hombro, eso logra bajar mis nervios un poco.

-Cariño, desde hace seis años, estás en la boca del lobo- me dice divertido-  por que, mi plato principal eres tu-

Me río cuando su cara se oculta en mi cuello, su barba de varios días me raspa, deposita varios besos desde la curva hasta detrás de mi oreja donde muerde suavemente mi lóbulo, varios escalofríos de placer me recorren el cuerpo.

-Por mucho que ame el sexo salvaje y bestial, teufel- digo con una sonrisa- necesito vestirme, por que si no, nunca saldremos de la habitación-

Después de ponerme ropa y calzado cómodo. Salimos a las calles de Hong Kong ya es de noche, las luces de los edificios iluminan la ciudad.

-Es hermoso- digo sin dejar de ver a mi alrededor- ¿A dónde iremos?-

-Primero, a cenar- me dice tirando mi mano- Vivianne, me recomendó el mercado nocturno-

Dominick parece desempeñarse bien por el lugar, nos lleva con calles y callejones, quedo maravillada por toda la cultura que posee la ciudad. Seguimos caminando hasta que llegamos al mercado nocturno con varios puestos de comida, varían muchos, desde fideos, dumplings, cosas fritas.

-Esos son...-digo sin dejar ver lo que hay en un puesto- ¿son insectos?- veo que uno se mueve- ¡Oh, dios!- retrocedo un poco, chocando con el cuerpo de mi esposo, quien se ríe de mi reacción- ¿se los comen?-

-Según Anne, normalmente los hacen fritos- sonríe cuando me estremezco- en sus palabras, el cien pies frito es muy bueno-

-¿Ella los come?- pregunto sorprendida, asiente- eso es tener estómago-

-Vivianne ha crecido la mayor parte de su vida, en China. Para ella esto es muy normal- se encoje en hombros y tira de mi mano- vamos a comer unos buenos fideos chinos y pan de frijol-

-Eso sí me interesa- me río cuando nos perdemos entre los puestos- ¿has venido antes?-

-Hace un par de años atrás, antes de conocernos- me mira- hicimos un negocio juntos una vez, le perdí el contacto pero lo retomamos cuando supe que ella con estaba con Vladimir, nos hicimos buenos amigos- se encoje en hombros- semanas antes de que descubriera donde te ocultabas, me pidió ayuda para un trabajo en Italia-

-Oh- asiento, mientras absorbo la información- ¿Quién es el más chico de todo el grupo de mafiosos?-

-Tu hase- lo miro arqueando la cejas- Rea, Karla que es amiga de la primera también, Vivianne, Sevastien y Vladimir, tiene más de treinta. A excepción de Anne, hace un par de meses que cumplió los veintinueve- sonríe- eres la más chica del grupo, pensarán que te corrompí-

Volver a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora