Katherine
Entro a la bodega donde la cucaracha hacía sus reuniones con sus socios, todos están concentrados en sus propios asuntos, hasta que escuchan el sonido de mis tacones haciendo eco por el lugar. Todos me miran y tragan duro al verme, veo el temor en sus miradas.
-Buenas noches, Diabla- saluda uno- ¿Que la trae por aquí?-
Lo miro arqueando una ceja, sonrío.
-Solo son cosas de política...- lo miro- y una transición-
Los socios se miran entre ellos, no solo están los que eran leales a Conrad. También están los que son leales a nosotros. Uno de ellos, me mira despectivamente, reconozco Anton Müller. El partidario número uno de la cucaracha, se pone de pie.
-¿Qué hace usted aquí? No es bienvenida-
Mi sonrisa se ensancha más.
-Claro que lo soy, todo esto- señalo la habitación- pertenece a los Reyes del Infierno, ahora-
Todos los socios abren sus ojos por la sorpresa, saben lo que mis palabras significan, me acerco hasta la mesa donde se encuentran los demás. Coloco la bolsa de plástico negra en la superficie y saco la cabeza de Conrad de ella, la dejo rodar hasta el centro de la mesa, todos se quedan impresionados al ver los ojos abiertos de la cucaracha. Coloco mis palmas en la maderas, mirando a cada uno.
-Conrad Becker, está muerto- comienzo- La mafia alemana, tiene nuevos reyes a cargo-
Se mantienen en silencio, intercambiando miradas entre ellos, la cabeza y yo. Mi sonrisa no se borra de mi rostro, miro a Anton. Que está enfurecido y sorpresivo también.
-Bien, así estarán las cosas- mi tono no deja a discusión- si saben lo que les conviene, se unirán a nuestra causa- sonrío- claro, después de pasar un pequeña prueba-
Todos asienten, no dejan de tragar duro. Saben que yo no tengo consideraciones con nadie, mucho menos de la gente que venga por parte de la cucaracha. Müller, por supuesto, se opone.
-¿Por qué deberíamos hacerlo?- espeta- de ser así, deberíamos someterlo a votación-
-Por qué, señor Müller- me acerco a paso lento- todos saben que las reglas, se rigen duramente para nosotros. Cuando el líder muere, su descendencia de sangre, tiene que reclamar el trono- el hombre hace un paso hacia atrás- pero mi marido, está incapacitado por lo tanto a mi me toca...-
Ladeo mi cabeza con la sonrisa pintada en mi rostro
-Sacar la basura-
Me alejo de golpe de él, dejándolo plasmado en su lugar. Miro de nuevo a los socios.
-Aquellos que están dispuestos a mostrar su lealtad, con nosotros colóquense a la derecha-
La mayoría de todos los socios, incluyendo los nuestros se hacen un paso a la derecha. Sonrío.
-Debido que los de la izquierda, son traidores a nuestra causa- miro a los demás- demuestren su lealtad, asesinando aquellos que lo merecen por traición-
Todos se miran un momento, hasta que uno saca su arma y le dispara la primero que está cerca, veo como su cuerpo cae, la sangre mancha el piso. El hombre me mira y hace una ligera reverencia.
-Larga vida a los Reyes del infierno-
Uno a uno, comienzan a asesinar aquellos que alguna vez fueron sus socios y amigos, pero al final.
La avaricia siempre gana
Tomo asiento en la silla en la cabeza de la mesa, cruzo mis piernas mientras disfruto del espectáculo. Las balas llueven, los hombres corren pero al final los más leales se mantienen en pie, me río.
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Volver a ti
General FictionSaga Flores en la Mafia #3 Dominick Becker siempre se ha mostrado como un hombre duro y frío, creía que el amor era solo una ilusión hasta que llegó Katherine Lang a su vida demostrandole que por más riquezas y poder que tengas siempre estarás solo...