Capítulo 21

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Katherine

Mis manos se aferran a las cuerdas que sostienen mis brazos, mientras un grito de dolor masivo amenaza con salir de mis labios al sentir las descargas eléctricas por todo mi cuerpo, muerdo mis labios con fuerza hasta sentir el sabor metálico de la sangre en mi boca, no sé cuánto tiempo pasa cuando Conrad quita las pinzas de mi piel, el ardor de mi espalda es horrible y los fuertes espasmos sacuden mi cuerpo, una línea de sudor baja por mi frente. Mi suegro, toma mi rostro con fuerza haciendo que lo mire, ya perdí la cuenta de cuantas veces me han dado descargas eléctricas al cuerpo pero aún así me niego abrir la boca, no voy a darles el gusto de oír mis gritos y quejidos de dolor.

No te rindas Kat, piensa en tus hijos y en Dominick

Me repito ese mantra en mi cabeza las veces que sean necesarias, no puedo rendirme puede que Conrad nos haya agarrado desprevenidos otra vez, pero en definitiva prefiero llevarme yo los daños antes de que alguien ajeno salga herido por mi culpa.

Me pregunto cómo estará Alana, ¿la habrán encontrado?

-Entonces, querida nuera- la voz de Conrad retumba en mi cabeza- ¿hablaras?-

-Ya te dije...-trago saliva, mi boca se siente seca- no sé dónde está mi hermana-

-Error- hace un ruido de negación- eres más fuerte de lo que pensé- dice mientras camina a mí alrededor- pero incluso lo más fuertes terminan doblegandose-

Una risa sin aliento sale de mis labios.

-Tendrás que matarme Conrad, por que por más que me tortures, no lograras sacar algo de mí- niego divertida- ¿cuántas veces tengo que repetir lo mismo para que tu cerebro senil, lo entienda?, no sé dónde está Amanda y mucho menos donde podría estar-

Las siguientes horas son una tortura completa, Conrad se empeña a que un grito o quejido salga de mi garganta pero no lo consigue, golpes, cortes superficiales, latigazos, son cosas que sufren mi cuerpo durante un tiempo siento como la sangre se escurre por mi espalda. No sé de donde estoy sacando fuerza para mantenerme en pie, solo tengo una cosa en mente.

¿Dónde estás Dominick?

Algo debe estar pasando para que no hayan llegado o bien interceptaron la señal de las mentas o algo la está bloqueando por que estamos en medio de la puta nada, pero confío en que mi marido está haciendo todo lo posible para encontrarme.

De eso no tengo dudas.

Mi cabeza cae hacia adelante, mis brazos duelen, mi espalda, todo mi cuerpo duele siento como si un camión me hubiera arrollado y todavía le había dado de reversa para rematarme, Conrad toma con fuerza mi cabello haciendo que sisee ligeramente del dolor.

-¿Te rindes?-

-Jamás-

En algún momento mi cuerpo pierde la fuerza y caigo en la inconsciencia.

-¡Despierta!-

Nuevamente un balde de agua fría es lanzado a mi cuerpo, siseo por el dolor cuando esta cae en las heridas de mi espalda pero me niego a rendirme. Conrad me mira con una sonrisa perversa y sádica en su rostro, me propina una fuerte bofetada que empiezo a preguntar si el hombre tiene una obsesión por golpear mi rostro.

-La buena noticia, querida nuera- coloca sus manos a su espalda- es que tu esposo ya está en camino a rescatarte, pero lo malo es que no me encontrará aquí- sonríe aún más- solo encontrará tu cuerpo desangrado y a mis hombres que tienen la orden de matarlo en el momento que entre por esa puerta-

Sin poder evitarlo una carcajada ronca y oscura sale de mis labios al oír eso.

-Se necesita más que unos hombres recién salidos de la fábrica de matones gratis, para asesinar al demonio alemán- lo miro- Dominick acabará con todo a su paso-

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