Dominick
Siento como la sangre se me sube a la cabeza de ira, ¡maldita sea!, me quito la corbata de mi traje, junto con el saco. Me maldigo mil veces, sabía que no debía dejar sola a Katherine, mucho menos con Alana, ya se hacía raro que mi padre no haya hecho de las suyas.
-¿Sabes algo que de los hombres?-
-Algunos están graves, Eliot, sufrió heridas menores, pero ninguno muerto- me mira por el espejo retrovisor- las encontraremos- sus manos se aprietan al volante- si ese hijo de perra, le toca un solo pelo a la hobbit, yo mismo lo mataré-
-Nunca te había visto tan preocupado por alguien que no fuera, tú mismo-
-¡Bien!- bufa cuando lo miro insistente- me enamoré de Alana, ¿está bien?, no sé cuando, no sé cómo, pero solo sé que necesito que ella este en mi vida y que yo quiero estar en la suya- me mira- ándale, avientame tus burlas y sermones-
-Ya lo sabía-
-¿Cómo?- me mira sorprendido.
-Tienes las misma cara de idiota enamorado, que yo pongo cuando veo a mi esposa-
La vibración de mi teléfono nos saca de nuestra discusión, veo que uno de los hackers rastreó las mentas.
-Tengo la dirección de donde paró su última ubicación, está a las afueras de la ciudad-
Boris pisa el acelerador para llegar al lugar, siento como los nervios me invaden y la sensación de que algo mal incrementa en mi sistema. Llegamos en tiempo record al lugar, miro con horror como el auto de mi esposa está estampado contra un árbol, nos bajamos rápidamente con nuestras armas en alto.
-¡Alana!- el grito de Boris me alerta, veo como saca el asiento pasajero el cuerpo de la amiga de mi esposa, la coloca en el piso con cuidado- ¿Nena? ¿Puedes oírme?- me mira- está inconsciente-
Nunca había visto a mi amigo tan preocupado, me acerco al auto pero mi miedo se incrementa al ver que está vacío, miro el suelo, el arma de Katherine está en el piso, la tomo para revisarla, no tiene el cartucho.
-Mi esposa no está en el auto, Boris- le muestro el arma y el cartucho- se la llevaron, el imbécil de perra se llevó a mi esposa-
-La encontraremos, Dom- me asegura, toma en brazos a Alana- pero tenemos que irnos, si no levantaremos sospechas-
Veo a Boris dar vueltas por todo el pasillo, hace una hora que el médico entró para revisar a Alana y no ha salido y eso lo tiene con los nervios en punta. Mientras que yo trato no perder los estribos, los hacker están haciendo todo lo que sea que este en sus manos para encontrar a mi esposa, si no los asesinaré uno a uno por inútiles. El médico sale de la habitación, rápidamente mi amigo lo aborda.
-¿Cómo está doctor?-
-Está bien, unos cuantos golpes y raspones, nada de qué preocuparse- le entrega una receta médica- los medicamentos que necesita y debe tomar reposo una semana, está consciente y quiere hablar con ustedes-
Le agradecemos y uno de mis hombres lo acompaña hasta a la puerta, Boris no pierde el tiempo y entra a la habitación, vemos a Alana acostada en la cama con un apósito en su frente, rápidamente mi amigo la abraza como si su vida dependiera de ello.
-Me metiste un susto de muerte, nena- le dice mientras besa su cabello.
-¿Cómo te sientes?- pregunto.
-Como si fuera mi primer día en el gimnasio- me da una sutil sonrisa y después cambia su expresión- Dom, ella se entregó- empieza a llorar- se entregó para salvarme y que no me hicieran daño- Boris acaricia su cabello mientras ella llora en su pecho- quise impedírselo, pero me dejó inconsciente-
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Volver a ti
Ficción GeneralSaga Flores en la Mafia #3 Dominick Becker siempre se ha mostrado como un hombre duro y frío, creía que el amor era solo una ilusión hasta que llegó Katherine Lang a su vida demostrandole que por más riquezas y poder que tengas siempre estarás solo...