Mis ojos se concentran en mi espalda, parece como si nada le hubiera hecho tanta mierda mi piel, está intacta, a excepción de las dos cicatrices en medio de esta, pero sorprendentemente no me molestan.
-Se ven lindas- digo sin dejar de verlas- pensé que estarían peor, pero son solo dos líneas- me encojo en hombros.
-Como una pintura abstracta- dice Dominick- podemos verla de distinta forma y darle un significado distinto-
-No lo había visto de ese modo- inclino mi cabeza hacia un lado- me gustan, le quedan bien a mi espalda-
-¿Ves?- mi esposo toma mi mentón para que lo mire- no hay nada que temer-
-Ahora lo veo-
Me besa nuevamente pero de forma suave hasta que las cosas suben de nivel, suelto un gemido cuando su lengua juega la mía y sus manos toman mi cintura para acercarme más a su erección entre sus pantalones, su boca deja mis labios repartiendo besos húmedos en mi cuello, mis mano se dirigen la hebilla de su cinturón para quitárselos. Nos miramos un momento.
-¿Estás segura de esto?-
-Si- respondo- hazme tuya-
Una sonrisa sensual sale de sus labios.
-Con placer, hase-
Coloco mis manos detrás de su nuca para besarlo nuevamente, mientras que las suyas se pasean por mi cuerpo hasta mis bragas engancha uno de sus dedos en el costado para estirar el elástico y soltarlo, chasqueando mi piel lo que me hace soltar un jadeo en su boca. Mis manos salen de su nunca para pasearlas por su cuerpo desde sus hombros anchos hasta su abdomen marcado, rapidamente le bajo los pantalones junto con su bóxer dejándolo completamente desnudo ante mí, mi mano toma su pene para moverla de arriba abajo suelta un gruñido en mi boca para después repartir besos húmedos por mi cuello, gimo por lo bajo cuando su dientes muerden la piel de mi hombro.
-Lo bueno que compraste lencería nueva- susurra con voz ronca en mi oído.
Antes de que pueda preguntarle a que se refiere, sus manos toman mis bragas para romperlas y aventarlas en alguna parte del baño.
-Siempre tan bestia-
-Y eso te encanta-
Estoy a punto de replicar pero en su lugar suelto un gemido alto de placer cuando dos de sus dedos se adentran en mi sexo y su pulgar frota mi clítoris con fuerza, el placer se me sube al cabeza, mis caderas se mueven al ritmo de sus dedos para más fricción sintiendo como el orgasmo se va a formando en mi interior, mis manos se aferran a la encimera mis gemidos se hacen más altos a medida que el orgasmo se acerca y mis piernas se tensan, cuando estoy al borde Dominick se detiene lloriqueo de frustración.
-Todavía no, hase- me dice- solo con mi polla te correrás-
-Eres...-
No me deja terminar la frase por que de una sola embestida me penetra, suelto un grito de placer y un gruñido se escapa de su boca, nos quedamos quietos un momento para amoldarnos de nuevo. Empieza mover sus caderas en un ritmo suave, rodeo su cintura con mis piernas para profundizar su embestidas él parece entenderlo por que aumenta el ritmo en un nivel más profundo y sus manos toman mis caderas, el baño se llena de nuestros gemidos y jadeos, nuevamente siento como el orgasmo se acerca, entonces mis ojos se encuentran con el espejo que dejó Dominick cerca siento como el placer sube al ver como las alas se mueven con el movimiento de su espalda.
Que excitante
-Más...- digo con la voz entrecortada
Su mano toma con fuerza mi cabello para que lo mire, sus ojos se hicieron más oscuros por el placer.
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Volver a ti
General FictionSaga Flores en la Mafia #3 Dominick Becker siempre se ha mostrado como un hombre duro y frío, creía que el amor era solo una ilusión hasta que llegó Katherine Lang a su vida demostrandole que por más riquezas y poder que tengas siempre estarás solo...