Mi cuerpo se tensa al oír la voz de Conrad en mi oído, aunque lleva la máscara que cubre su rostro desde el momento que puse mi mirada en él sabía que mi amado suegro- nótese el sarcasmo- había decidido salir de su escondiste. Sonrío detrás de su mano al saber que el plan de Dominick y el mío había funcionado. Pero eso no significa que no me preocupa el cuchillo que tengo en mi garganta, trago saliva con fuerza sintiendo como la hoja afilada se presiona más contra mi piel.
-Me sorprende que sigas viva, nuera-
Ruedo los ojos y resoplo fuertemente por la nariz.
Me remuevo para salir de su agarre pero presiona con más fuerza la hoja del cuchillo en mi garganta.
-No te muevas- me espeta- todo el mundo está en la fiesta, incluyendo mi hijo. No habrá nadie que te salve está vez-
-Es lo que tú crees, Conrad-
Mi suegro se tensa al oír la voz de Dominick, veo por el reflejo del espejo como mi esposo tiene el cañón de su arma en la nuca de su padre.
-¿De verdad pensaste que cometeríamos el mismo error, otra vez?- dice mi marido burlón- baje el cuchillo, Conrad- su tono de voz cambia a uno más gélido- no tienes escapatoria, todos tus hombres están muertos-
El cuerpo de mi suegrito se tensa más, entonces aprovecho para hacer parte de mi plan, encajo el tacón en su pie y golpeo con fuerza sus costillas con mi codo sacándole el aire. Me suelto de su agarre por poco el cuchillo rozando mi carótida, trata de acercarse a mí pero soy más rápida que él, saco mi arma que estaba en mi pistolera oculta en mi muslo y que mi vestido ocultaba.
-No te muevas- le espeto- estas rodeado, Conrad-
-Quítate la máscara- le ordena su hijo- ¡Hazlo!-
Conrad con lentitud se quita la máscara revelando su rostro, sonríe al vernos la cara.
-Vaya nuera- dice burlonamente- no eres nada estúpida como pensé-
-Créeme que Conrad, jamás he sido estúpida- sonrío- por cierto, gracias por las cicatrices- me río- le quedan fantásticas a mi espalda, a mi esposo le encanta verlas cuando me folla-
La cara de mi suegro cambia en menos de un segundo, suelta un gruñido de furia y trata de abalanzarse sobre mí pero antes de que pueda hacerme daño alguno, golpeo su rostro con la culata de mi arma dejándolo inconsciente en piso del baño. Suelto un suspiro cansado.
-Debimos haber hecho eso, desde un principio-
La puerta se abre nuevamente esta vez para revelar a Boris con un antifaz negro, cuando mira el cuerpo de mi suegrito suspira.
-No está muerto, ¿verdad?-
-No- decimos al unísono mi esposo y yo.
-¿Y los demás de sus hombres?-
-Muertos. Todos- asiento- les inyectamos veneno de serpiente, mientras más luchaban contra nosotros-
-Más rápido murieron-
-Que se lleven el cuerpo de Conrad y que se aseguren que no escape- dice mi esposo mirando a mi amigo- no me importa si tienen que ponerle pesas de una tonelada para que no se vaya, pero lo necesito vivo para divertirme un rato- sonríe de manera sádica.
Boris asiente y llama a varios hombres que comienzan a llevarse el cuerpo inconsciente de mi suegrito, me acerco al espejo nuevamente y saco mi lápiz labial de mi bolso, lo destapo comenzando a aplicarlo por mis labios. La mirada de Dominick se concentra en mis movimientos, escucho como carraspea, lo miro por el reflejo del espejo, en cambio sonríe de forma lobuna.
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Volver a ti
Fiction généraleSaga Flores en la Mafia #3 Dominick Becker siempre se ha mostrado como un hombre duro y frío, creía que el amor era solo una ilusión hasta que llegó Katherine Lang a su vida demostrandole que por más riquezas y poder que tengas siempre estarás solo...