Katherine
Me despierto poco a poco, mis ojos se sienten pesados, supongo por le sedante que me aplicaron ayer por la crisis nerviosa. Hacía tiempo que no me daba una, lloré, grité y la culpa por todo lo sucedido hace cinco años me llegaron de golpe de una forma u otra, había suprimido esos sentimientos pero con la confesión que hice ayer fue como si una puerta que se había mantenido cerrada bajo llave se abriera de golpe desatando un mar de emociones. Mis ojos se encuentran con el techo blanco que ya me es familiar, suelto un suspiro cansado.
Realmente metí la pata hasta el fondo, ¿no?
-Estás despierta-
-¡Ah, por el amor de Dios!- suelto un grito del susto al oír la voz de Dominick, la máquina donde muestran mis latidos empieza a hacer más ruido. Respiro profundamente para calmarlos- me has asustado-
-Lo siento, llegué cuando estabas dormida por el sedante-
-Eso no era un sedante común y corriente, con eso drogan a los caballos- bufo.
-Supe lo de la crisis-
-Si-hago una pequeña mueca- era algo que no sucedía hace tiempo, pero creo que con todo lo que ha pasado, mi cuerpo y mis emociones han colapsado-
Nos quedamos en un incomodo silencio, hasta que decido romperlo.
-Lo siento- decimos al unísono, soltamos una risa baja.
-Las damas primero- me dice
-Dominick, realmente lo siento- digo- no era mi intención hacerte esto y que te enteraras de esta forma, sé que debí habértelo dicho desde un principio-
-Me sentí traicionado, lo admito- empieza- pero puedo comprender el por qué lo hiciste, hase- se sienta en la cama y toma mi mano entre las suyas- salvaste a nuestro hijo de un destino peor y eso hace lo que demás no tenga importancia-
-Pero, te herí Dom- siento como mis ojos se cristalizan- fue un infierno tener que tomar la decisión de irme, el dolor de mi corazón era inmenso- las lágrimas empiezan a salir de mis ojos- que hiciera lo correcto, no significa que no doliera- mi esposo limpia mis lágrimas suavemente- y cuando me enteré que estaba embarazada de Ana, tenía tantas ganas de hablarte de decirte dónde estaba, sabía que en momento que conocieras a nuestra hija te enamorarías de ella. Pero no pude, simplemente no pude hacerlo y lo siento tanto, por mi culpa te quité cuatro años de la vida de nuestra princesa-
Los brazos de Dominick rodean mi cuerpo, mientras yo vuelvo a estallar en lágrimas y sollozos, sus manos se pasean por mi espalda mientras mi cara se esconde en su pecho. No sé cuánto tiempo pasa hasta que mi cuerpo deje temblar, saca mi rostro de su pecho y limpia suavemente mis ojos, deposita un beso en mi frente.
-Hase, ambos cometimos errores, ¿entiendes?- asiento- nuestra falta de comunicación y confianza, hicieron que todo esto pasara, pero ahora estamos todos juntos, como familia y resolveremos cualquier obstáculo- me besa suavemente en los labio- esto es solo un obstáculo más que pasaremos con éxito-
-¿No me odias?-
-Nunca te odiaría, hase- me sonríe- eres la mujer de mi vida, me has dado apoyo cuando nadie más lo hizo, jamás me juzgaste por mis acciones, me diste a dos maravillosos hijos que has protegido hasta con tu vida, incluso por encima de mí. Jamás te odiaré Katherine, eso tenlo por seguro. Te amo y quiero a nuestra familia siempre unida-
Mis ojos se vuelven a llenar de lágrimas, pero no de tristeza o culpa. Si no de felicidad.
-Te amo- digo las palabras que he callado durante mucho tiempo- jamás dejé de hacerlo-
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Volver a ti
General FictionSaga Flores en la Mafia #3 Dominick Becker siempre se ha mostrado como un hombre duro y frío, creía que el amor era solo una ilusión hasta que llegó Katherine Lang a su vida demostrandole que por más riquezas y poder que tengas siempre estarás solo...