Dominick
Un constante ruido me hace despertarme del profundo sueño en el que me encontraba, trato de abrir los ojos pero los párpados me pesan a muerte. Todo mi cuerpo pesa, hasta respirar bien me cuesta. Hago un último esfuerzo y logro abrir mis ojos, para encontrarme con un techo blanco que me lastima los ojos, parpadeo un par de veces para acostumbrarme a la luz, cuando mi vista se aclara. Me encuentro con cuatro personas aquí.
-Joder...- comienzo con voz rasposa- díganme que no me he muerto y que ustedes no son mis ángeles de la muerte-
Veo como todos suspiran de alivio
-Bueno, definitivamente es el. Está diciendo estupideces- niega Sevastien- estás vivo-
Levanto mi dedo pulgar en señal de respuesta, con una ligera sonrisa.
-Que bueno, por que ustedes son los ángeles más horribles que he visto-
Todos ruedan los ojos, suelto una ligera risa que se convierte en tos al sentir mi garganta tan seca. Enzo, me extiende un vaso de agua, me la tomo a tragos grandes. Paso saliva, cuando la siento mejor.
-No hay duda, incluso al borde la muerte no dejas de ser un estúpido- espeta Vladimir.
-Así soy- respondo- ¿Cuánto ha pasado?-
-Dos días- miro a Carlo- tu cuerpo ha pasado por mucha mierda-
Me acomodo un poco en la incómoda cama para encontrar una mejor posición, cada vez que respiro siento una punzada en mis costado derecho.
-Maldita sea- siseo- la bala me dio duro-
-No solo eso- miro al ruso- toda tu sangre estaba contaminada-
-Bueno, genio. Eso ya lo sabía, mi sangre no es la mejor de todas- digo irónico.
-La bala que te dio era vieja- comienza el italiano- estaba hecha de plomo, mezclado con la oxidación...-
-Soltó todas la toxinas a tu tóxico cuerpo, imbécil- continua el ruso dos- intentaron con diálisis, pero nada funcionaba-
-Recurrieron a la transfusión de sangre de cuerpo completo- suspira Carlo.
-Esperen- los interrumpo, frunzo mi ceño- mi tipo de sangre, es rara por no decir escasa-
Todos se miran entre sí, debatiéndose entre decirme o no. Suspiro, sabiendo lo que pasa.
-Mi esposa la consiguió- afirmo, asienten.
-No sabemos de dónde, simplemente mandó a Karla, con el contenedor lleno de bolsas de sangre-
Asiento, mientras analizo la información. Mi tipo de sangre es muy escasa, muy rara vez encuentras a alguien compatible para donar, por eso Katherine y yo, hemos sido muy cuidadosos para prevenir ataques hacia nosotros.
Entonces, junto las piezas en mi cabeza.
Mierda
-Mi padre está muerto- espeto, todos me miran- la sangre es suya, Katherine debió vaciarlo por completo, hasta matarlo-
-Pero aún así, es la poca probabilidad de que sean compatibles- responde Vladimir.
-Ni tanto- refuta el ruso, me mira- tu esposa una vez dijo, que ustedes los Becker, son genes dominantes, ¿no?-
-Sí, prueba es mi hija- digo- tomaría días, hasta semanas para encontrar a alguien con mi mismo tipo de sangre-
-A menos que sea alguien cercano a ti- afirma el italiano.
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Volver a ti
General FictionSaga Flores en la Mafia #3 Dominick Becker siempre se ha mostrado como un hombre duro y frío, creía que el amor era solo una ilusión hasta que llegó Katherine Lang a su vida demostrandole que por más riquezas y poder que tengas siempre estarás solo...