Capítulo 2

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Dominick Becker en multimedia

Me despierto cuando dos cuerpos, caen encima de mi cuerpo me río al saber que son mis pequeños les hago cosquillas nos reímos un buen rato en la cama, afortunadamente es fin de semana y no tengo que ir al trabajo por lo que puedo pasar todo el día con ellos, mientras ellos se levantan para darse un baño yo preparo el desayuno una vez que todos estamos llenos, les pregunto.

-¿Que quieren hacer hoy mis amores?-

-¡Vamos a la playa!- dice Renzo con entusiasmo.

-¡Sí!- brinca Ana con emoción.

-Bueno, pónganse sus trajes de baño y empaquen los bloqueadores, que nos vamos a la playa-

Ellos van rápidamente a cambiarse de ropa, entro a mi habitación para cambiarme yo también entonces un escalofrío me recorre el cuerpo la sensación de estar vigilada se presenta me acerco hasta la ventana miro alrededor de la calle hasta que mis ojos se posan en un carro negro con los vidrios polarizados.

Carajo

Parpadeo para enfocar mejor mi vista, pero el auto ya no está pero la sensación sigue presente.

¿Será...?

No eso es imposible, eliminé todo rastro acerca de mi paradero de seguro son imaginaciones mías después de una media hora llegamos a la playa, les coloco rápidamente bloqueador a los niños y rápidamente ellos van a jugar al mar mientras yo leo un libro, poco después me les uno jugamos hasta más no poder y comemos sándwiches seguimos en la playa, entonces la sensación de que me vigilan se hace presente de nuevo miro a mi alrededor pero no hay nada fuera de lugar, cuando el atardecer se hace presente los niños deciden que es suficiente por el día de hoy.

-¿Qué cenaremos?- les pregunto

-¡Macarrones con queso!-

-No, eso cenamos la semana pasada, tonta- responde Renzo, mientras le saca la lengua a su hermana.

-¡Tonto tú!-

-Muy bien, muy bien- les llamo la atención- primero, respeta a tu hermana, tu tambien respeta a tu hermano-

-Pero...-

-Se supone que los hermanos son unidos en las buenas y en las malas, ¿quedo claro?- miro a mi hijo- tu eres su hermano mayor tu deber es protegerla así como ella puede llegar a protegerte-

-Lo sentimos mami- dicen al unísono, provocando que me ría.

-Entonces, ¿quién quiere pizza?-

-¡Yo!-

-Bueno, vayan a darse un baño para quitarse la arena en lo que yo pido la pizza-

-¿Podemos ver películas?- me pregunta Ana.

-Sí, cariño-

Ellos se van a bañarse, pido la pizza mientras busco que película ver me acerco a la ventana para cerrar las cortinas veo de nuevo el carro negro con los vidrios polarizados me acerco más pero el auto arranca a toda velocidad quemando el asfalto.

-Mami-

Me sobresalto del susto ante la voz de Anastasia, estaba tan sumida en mis pensamientos que no me di cuenta de su llegada.

-¿Qué ocurre linda?-

-El timbre está sonando- me apunta a la puerta

-Debe ser la pizza-

Me dirijo hacía la puerta, cuando la abro me topo con un joven de veinte años le entrego el pago junto con la propina les sirvo a mis hijos que comen con energía mientras vemos una película animada, entonces mi celular suena me levanto para atender la llamada veo que es Alana.

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